Test para saber si tu hijo sufre obesidad infantil
Cómo saber si el niño sufre obesidad o sobrepeso
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad ha alcanzado caracteres de epidemia en todo el mundo. La obesidad es la acumulación excesiva de grasa corporal, especialmente en el tejido adiposo, y que se da cuando se da un 20 por ciento a más del peso ideal según la edad, la talla, y sexo del niño o niña en cuestión.
¿Tienes dudas sobre el peso de tu hijo? Aquí tienes un test para saber si el niño sufre sobrepeso. Comprueba respondiendo a estas sencillas preguntas si tu hijo padece obesidad infantil.
Test: ¿Sufre mi hijo de obesidad?
La obesidad es la enfermedad nutricional mas frecuente en niños y adolescentes en los países desarrollados, con tendencia a aumentar, constituyendo un problema sanitario de primer orden, al ser un factor de riesgo común para diversas patologías (diabetes, enfermedad cardiovascular, hipertensión arterial).
En cualquier caso, no hay confundir obesidad, que es el exceso de grasacorporal, con sobrepeso que es un peso mayor en relación con la talla. Para salir de dudas, puedes responder a estas preguntas:
1. ¿Mi hijo tiene sobrepeso, porque es más gordo que sus compañeros de clase?
FALSO Para saber si el niño tiene sobrepeso, no solo hay que tener en cuenta su peso, sino también su altura y su edad. El índice de masa corporal (IMC) es el mejor indicador del que disponemos actualmente. Permite evaluar con precisión si el peso de un niño es adecuado, insuficiente o excesivo en relación a su altura y a su edad.
2. Mi hijo come demasiado, ¿tengo que conseguir que coma menos?
FALSO Naturalmente que comer demasiado propicia la gordura. Pero lo que cuenta es sobre todo la calidad de la alimentación. Hay que dar prioridad a la fruta, la verdura y las féculas, y limitar el consumo de alimentos demasiado dulces o grasos. Además, hay que cambiar algunas costumbres alimentarias: hay que hacer tres comidas al día, además de la merienda. Y acostumbrarse a no picar ni beber bebidas azucaradas (ni siquiera leche) entre horas.
3. ¿La obesidad es obligatoriamente una enfermedad hereditaria?
FALSO La obesidad tiene a veces un origen genético. Los estudios demuestran que el riesgo de obesidad se multiplica por cuatro en los niños que tienen un progenitor obeso y por ocho cuando los dos lo son. Pero eso no permite explicar el brusco aumento de esta enfermedad en los últimos años. La obesidad, que ha sido declarada epidemia por la OMS, está asociada sobre todo a factores sociales, económicos y culturales.
4. Si mi hijo es obeso, no pasa nada, ya se estabilizará de forma natural en la adolescencia
FALSO Dos tercios de los niños obesos seguirán siéndolo de mayores y pueden sufrir otras patologías: el riesgo de complicaciones cardiovasculares se multiplica por tres y el de diabetes por nueve, se producen problemas ortopédicos y la repercusión psicosocial es importante... Sin olvidar que, más allá de los problemas psicológicos que suele comportar, la obesidad puede reducir 13 años de media la esperanza de vida de un adulto.
5. La obesidad se puede detectar antes de los 2 años
VERDADERO Lo indica el seguimiento de la curva de corpulencia. No hay que preocuparse si el niño está rellenito antes de cumplir un año: es normal. El niño empieza a adelgazar hacia los 12 meses, cuando comienza a andar. Luego vuelve a engordar a partir de los 6 años. Pero si a excederse en su peso antes de los 6 años, hay que llevar cuidado, porque es una señal de obesidad. Por eso es importante pesar y medir a los niños cada 6 meses y seguir la evolución de su curva de corpulencia.
6. Si mi hijo tiene sobrepeso, tengo que ponerlo a régimen enseguida
FALSO No hay que poner al niño a régimen, solo hay que hacer que coma mejor. Tiene que comer 5 porciones de frutas y verduras al día, tomar productos lácteos y proteínas con moderación, beber agua y limitar los azúcares rápidos y grasas, pero no los azúcares lentos (cereales, féculas...). También es muy importante que se mueva. Aunque no sea aficionado al deporte, hay que animarlo a moverse: que vaya andando al colegio o salga a jugar fuera. Son pequeños detalles muy simples que le permitirán hacer ejercicio. Algunas costumbres cotidianas también cambian muchas cosas. Por ejemplo, comer en familia, adaptar las cantidades que se sirven en el plato a la edad del niño, comer despacio, no repetir... Y, como advierte la pediatra Brigitte Virey: luchar contra la idea preconcebida de que, para un niño, estar rellenito es estar en plena forma.
Más información sobre la obesidad infantil
¿Cuándo se produce la obesidad?
En el desarrollo del niño existen tres periodos asociados a riesgo de ganancia de grasa que son la infancia temprana antes del destete, la preadolescencia y estiron puberal y los adolescentes, antes del embarazo y la lactancia. La obesidad desarrollada durante estos periodos de depósito de grasa rápida y fisiológica es menos peligrosa que la que tiene lugar en niños que empiezan a ganar peso, cuando fisiológicamente tendrían que adelgazar. Estos, tienen más posibilidades de padecer una obesidad persistente.
¿Por qué se produce la obesidad?
La obesidad es una enfermedad compleja. Es el resultado de lacombinación de factores ambientales, genéticos, conductuales, deestilos de vida, neuroendocrinos y alteraciones metabólicas.
- Factores genéticos: En cerca del 30% de los niños afectos de obesidad, ambos padres también lo son. El riesgo de obesidad de un niño es 4 veces mayor si uno de los padres es obeso y 8 veces mayor si ambos lo son. En una familia genéticamente predisponente, el riesgo de ser obeso puede estar atribuido al seguimiento de hábitos similares en la alimentación. Esta base genética puede actuar através de diferentes mecanismos entre los que se encuentran la preferencia por determinado tipos de comidas, gasto energético, patrón de crecimiento, distribución de la grasa, efecto termogénico de los alimentos y grado de actividad física.
- Factores ambientales: El exceso de alimentación durante el periodo prenatal y la lactancia, la malnutrición materna, el tipo de estructura familiar, el nivel socioeconómico, el clima, la falta de ejercicio físico y el fácil acceso a la comida están implicados en la patogénesis de la obesidad en la infancia. Existe una relación directa entre horas que se ve la televisión y el riesgo de obesidad. Ver la televisión es el factor predictivo más importante en la adolescencia porque no sólo reemplaza actividades que consumen más energía, si no que da la posibilidad de comer más mientras se ve a personajes televisivos con mal hábito alimentario.
- Factores relacionados con el gato energetico: Excesos relativamente pequeños en la ingesta energética, pero mantenidos durante largo tiempo, producen aumentos significativos en la grasa corporal. No está claro si la obesidad está causada por una ingesta excesiva o por un gasto reducido.
Fuente: Dra. Cristina Azcona San Julián Especialista en Pediatría. (Clínica Universidad de Navarra)
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23 abr 2013 20:35 nora hereñu
si un niño tiene en la nuca un especie de arruga .esto se compara con los gordos morvidos.adultos