Síntomas y tratamiento de la depresión en niños y adolescentes
Cómo saber si nuestro hijo tiene depresión y cómo tratarla
El comportamiento y los síntomas de los niños y adolescentes con depresión puede ser distinto al de los adultos con depresión, por lo que frecuentemente no es detectado por sus padres, sus profesores o su médico. Un niño que solía jugar con sus amigos y ahora pasa tiempo solo sin hacer nada de lo que antes le divertía puede tener depresión.
Las cosas que antes le interesaban o divertían ahore le parecen aburridas o no le llenan. A veces los niños con depresión pueden hablar de la muerte, o decir que les gustaría morirse, otras veces dicen que si les pasara algo no les importaría mucho. Adolescentes con depresión puede que abusen del alcohol u otras drogas, o causar problemas en casa o en el colegio.
Cada 13 de enero se celebra el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, una enfermedad mental que afecta a niños y mayores y sobre la que es importante incidir para poder ayudar a quienes lo padecen.
La depresión en la adolescencia
Como el niño no parece triste, los padres y profesores pueden no darse cuenta que éste comportamiento irritable, desobediente y conflictivo puede ser un signo de depresión, pero si se les pregunta, éstos niños frecuentemente dicen que se sientes tristes, desesperanzados, desilusionados, aburridos, cansados, y sin ganas de nada. Si su hijo tiene uno o más de los siguientes signos de depresión, los padres deben buscar ayuda viendo al médico (pediatra o psiquiatría infantil y del adolescente) lo antes posible, porque se trata de una enfermedad tratable, y que si se intenta ignorar puede tener consecuencias muy serias.
- Irritabilidad elevada, ira, u hostilidad extrema que dificulta la convivencia en casa o hace que los padres tengan que ceder para no provocar conflictos
- Tristeza frecuente o episodios de llanto
- Sentimientos de desesperanza
- Disminución de su interés en actividades, o dificultad para divertirse en actividades que previamente eran sus favoritas
- Aburrimiento persistente
- Falta de energía o cansancio
- Aislamiento social o falta de comunicación
- Autoestima baja o sensación de culpa o responsabilidad por cosas malas que puedan pasar
- Sensibilidad extrema al rechazo o poca resistencia ante los fallos o errores
- Quejas frecuentes sobre problemas físicos (como dolores de cabeza, o de estómago, mareos, naúseas) en los que no se encuentra causa médica
- Ausencias frecuentes de colegio, o disminución del rendimiento escolar
- Problemas de concentración
- Un cambio importante en los hábitos alimentarios o del sueño
- Conversaciones sobre intención de escaparse de casa
- Pensamientos o expresiones sobre la muerte o intención de suicidarse activa o pasivamente.
- Tratamiento de la depresión en niños y adolescentes
Tratamiento para la depresión en la adolescencia
El tratamiento médico de la depresión en jóvenes se hace necesariamente con medicación antidepresiva por un especialista en niños con problemas psiquiátricos. Los antidepresivos que actualmente han demostrado en estudios científicos ser eficaces en niños y adolescentes con depresión son los llamados inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS).
Los antidepresivos no son drogas, no crean dependencia ni adicción, ni cambian la personalidad del niño. Estas medicinas son necesarias en niños con depresión como la insulina en niños con diabetes, o los inhaladores en niños con asma. Son seguras, y no producen daño al cerebro, ni al higado, ni al riñon, ni otro órgano.
Es importante hablar con el médico si no se ve efecto beneficioso en unas 3 a 6 semanas, o si aparecen efectos secundarios. Una vez recuperado el niño, cuando hayan desaparecido todos los síntomas, el tratamiento debe seguir tomándose, porque si se interrumpe demasiado pronto pueden volver los síntomas. Generalmente se mantiene el tratamiento durante 12 meses desde el final de los síntomas, para luego retirarlo gradualmente.
Lo importante es detectarlas lo antes posible para que no interfieran mucho con la vida familiar, social, y académica del niño. También es importante un apoyo con psicoterapia al niño y a la familia, ya que muchas veces los padres se culpan erróneamente de los problemas o dificultades del niño.
También, a veces, la depresión del niño crea tensiones importantes en la familia y en el matrimonio. Por todo ello es fundamental que los padres conozcan los síntomas de la depresión en niños, que sepan que no es culpa suya, y que se trata de una enfermedad que tiene un tratamiento muy eficaz, de la que no hay que sentirse avergonzados sino poner los medios para tratarla y que no interfiera con la vida familiar y, especialmente, con el desarrollo del niño.
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