Litiasis renal

La litiasis renal es una enfermedad crónica caracterizada por la formación de cálculos en el aparato urinario, cuyo tratamiento no se fundamenta sólo en medidas médicas o quirúrgicas. Excepto algunos casos en los que hay factores estructurales, morfológicos u otras condiciones médicas claramente predisponentes, la mayor parte de los pacientes tienen algún trastorno en la absorción, metabolismo o excreción de los componentes de los cálculos (calcio, ácido oxálico, ácido úrico, fosfato, etc), de las sustancias inhibidoras de la formación de los mismos (ácido cítrico y magnesio) o de la acidez (pH) de la orina. En algunas ocasiones, no es posible saber si dichos trastornos son congénitos o adquiridos y la formación de cálculos puede ser secundaria a más de un trastorno metabólico.

Dr. José Enrique Robles García Especialista en Urología Consultor. Departamento de Urología CLINICA UNIVERSIDAD DE NAVARRA

¿Qué es?

La litiasis renal es una enfermedad crónica caracterizada por la formación de cálculos en el aparato urinario, cuyo tratamiento no se fundamenta sólo en medidas médicas o quirúrgicas. Excepto algunos casos en los que hay factores estructurales, morfológicos u otras condiciones médicas claramente predisponentes, la mayor parte de los pacientes tienen algún trastorno en la absorción, metabolismo o excreción de los componentes de los cálculos (calcio, ácido oxálico, ácido úrico, fosfato, etc), de las sustancias inhibidoras de la formación de los mismos(ácido cítrico y magnesio) o de la acidez (pH) de la orina. En algunas ocasiones, no es posible saber si dichos trastornos son congénitos o adquiridos y la formación de cálculos puede ser secundaria a más de un trastorno metabólico.

¿Cuáles son sus causas?

En las últimas décadas, se han realizado sustanciales progresos en el conocimiento de los mecanismos fisiopatológicos responsables de la enfermedad litiásica, con lo que se han podido desarrollar programas eficaces y racionales, tanto para su tratamiento como para la prevención de la recurrencia. Con los conocimientos actuales, se puede alterar la cadena de acontecimientos que acaba en la formación de cálculos, cambiando algunos factores ambientales, como la dieta (hábitos alimentarios) de los pacientes, a quienes se pueden indicar normas comprensivas para cada tipo específico de trastorno litiásico. La mayor parte de los pacientes tienen algún trastorno en la absorción, metabolismo o excreción de los componentes de los cálculos (calcio, ácido oxálico, ácido úrico), de los inhibidores de la formación de cálculos (ácido cítrico y magnesio) o de la acidez (pH) de la orina.

¿Cuáles son sus síntomas?

Las formas de presentación clínica en la litiasis renal son variables dependiendo del tamaño, composición y de la situación de los cálculos en el aparato urinario. Algunos pueden pasar desapercibidos.

Cólico nefrítico: dolor, a veces muy intenso, que se produce por el taponamiento de la salida de orina del riñón, que aparece en la zona lumbar ó espalda baja y se irradia hacia el abdomen anterior y hacia los genitales. Es un dolor intermitente, inquietante, que se asocia a nauseas, vómitos, sudoración y sensación de hinchazón abdominal. No suele dar fiebre.

Hematuria: es la aparición de sangre en la orina. Puede ser visible a simple vista o no. Se produce por las lesiones que produce el cálculo en su paso por la vía urinaria.

Infecciones de orina:los cálculos renales pueden ser causa o consecuencia de infecciones frecuentes de la orina.

¿Quién puede padecerla?

La litiasis renoureteral (97por ciento de los cálculos en países industrializados) es la tercera afección más frecuente del aparato urinario. Para una expectativa de vida de 70 años, se calculan en un 15 por ciento (5 por ciento en mujeres, 12 por ciento en hombres) las probabilidades de desarrollar un cálculo. En términos de manifestaciones clínicas, los hombres son más sintomáticos que las mujeres, en razón de 3 ó 4 hombres por cada mujer. Probablemente existe una herencia litiásica, difícil de poner en evidencia por la coexistencia de numerosos factores extrínsecos, alimenticios y ambientales, principalmente. Aunque no existe ninguna edad, país o grupo étnico protegido contra esta común enfermedad, el pico de incidencia se sitúa entre los 30 y 60 años, en los meses de calor (de junio a septiembre) y en personas con actividades profesionales sedentarias o expuestas al calor. Estudios recientes indican que el 60 por ciento de los pacientes que han tenido un cálculo tendrán otro antes de 10 años, el 35 por ciento antes de 5 años y el 15 por ciento antes de 1 año del primer episodio. Aunque es cierto que muy pocos pacientes mueren por causas directamente relacionadas con los cálculos, éstos causan una notable morbilidad (dolor, infecciones urinarias y uropatía obstructiva).

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico se realiza por los síntomas  clínicos y el análisis de la orina. Tambien es necesario saber la situación y tamaño de los cálculos, su composición y descartar la existencia de enfermedades que pudieran favorecer la formación de cálculos. La situación, tamaño y repercusión del cálculo se evalúa mediante ecografía renal, radiografías simples de abdomen y urografía con contraste endovenoso. La composición de los cálculos expulsados se realiza mediante análisis específicos. Los cálculos del aparato urinario pertenecen al grupo de los biominerales. Los principales constituyentes de los cálculos son diversas sustancias orgánicas o inorgánicas con estructura cristalina o amorfa. Sólo un tercio de todos los cálculos del aparato urinario tiene composición monomineral, siendo frecuente la disposición en capas o en mezcla homogénea de diferentes fases de cristales. El oxalato cálcico es, con mucho, el más frecuente de los constituyentes, ya que aparece en el 65 por ciento de los cálculos. Dependiendo de la composición de los cálculos y de otros factores debe realizarse un estudio metabólico-mineral para descartar cualquier trastorno que pueda suponer la reaparición de los cálculos o la presencia de enfermedades asociadas con ellos.

¿Cuál es el tratamiento?

El 95 por ciento de los cálculos situados en el uréter se expulsan espontáneamente en 3 ó 4 semanas, dependiendo de su tamaño y posición. Cualquier cálculo no expulsado en 2 meses requiere una actuación terapéutica. En función de una valoración de factores tales como la experiencia y tolerancia del dolor, frecuencia de episodios de cólico, profesión, repercusión sobre la vía urinaria, etc., se tomará la decisión terapéutica mas adecuada, que puede incluir una actitud conservadora con tratamiento del dolor o una actitud intervencionista. Actualmente, entre el 90 y el 95 por ciento de los cálculos pueden eliminarse mediante procedimientos poco agresivos, como la litotricia extracorpóreapor ondas de choque, que consiste en romper los cálculos en pequeños fragmentos que se pueden expulsar más fácilmente (con una eficacia del 90 por ciento), o la extracción endoscópica de los cálculos mediante ureteroscopia (a través de los propios conductos urinarios, uretra, vejiga, etc). El objetivo del tratamiento médico de la litiasis es prevenir la reaparición de los cálculos. Dejando aparte la corrección de los eventuales excesos de aporte de calcio, fosfato, oxalato y purinas, varias medidas dietéticas generales pueden permitir un mejor control de la enfermedad litiásica, como el incremento en la ingesta de líquidos, preferentemente agua (la primera y más simple de las medidas para prevenir la enfermedad litiásica), seguir una dieta no superior a 2.000 Kcal, con poca sal, limitando las proteínas animales, los azúcares y el alcohol.

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