Gripe A (H1N1)
La gripe A es una enfermedad infecciosa causada por un virus de la influenza tipo A
¿Qué es?
La gripe A es una enfermedad infecciosa causada por un virus de la influenza tipo A, perteneciente a la familia orthoymyxoviridae y que afecta fundamentalmente a poblaciones porcinas. Su morbilidad suele ser alta y su mortalidad baja (1-4%). El virus se contagia entre los cerdos por aerosol y mediante contacto directo e indirecto. Los virus más frecuentes son del tipo H1N1, aunque también circulan entre los cerdos otros virus, como el H1N2, H3N2 y H3N1. Estos virus pueden propagarse entre los cerdos durante todo el año, pero la mayoría de los brotes infecciosos ocurren en los meses de finales de otoño e invierno, al igual que los brotes en las personas.
¿Cómo se contagia?
Los virus de la influenza se pueden transmitir directamente de los cerdos a las personas y de las personas a los cerdos. Las infecciones en seres humanos por los virus de la influenza provenientes de los cerdos tienen más probabilidad de ocurrir en las personas que están en contacto cercano con cerdos infectados. La transmisión de la influenza porcina de persona a persona también puede ocurrir, principalmente, cuando las personas infectadas por el virus de la influenza tosen o estornudan. Las personas pueden infectarse al tocar algo que tenga el virus de la influenza y luego llevarse las manos a la boca o la nariz. Es muy contagiosa (3-7 días una vez que inician los síntomas) y de mayor riesgo cuando ocurre en lugares cerrados. La gripe A no se contagia a la gente mediante el consumo de carne de cerdo adecuadamente procesada o preparada o a través de otros productos derivados del cerdo. El virus de la gripe porcina es eliminado al cocinar a temperaturas de 70º C.
¿Cúales son los síntomas?
Los síntomas son similares a los de una gripe común.
- Fiebre mayor de 38° C, con un inicio súbito con temperatura mayor de 39C.
- Tos frecuente e intensa.
- Dolor de cabeza.
- Falta de apetito.
- Congestionamiento nasal.
- Malestar general.
- Síntomas digestivos: nauseas, vómitos y/o dolor abdominal.
¿Cómo se diagnostica?
Para diagnosticar una infección por influenza porcina tipo A, por lo general se debe recoger una muestra de secreción del aparato respiratorio entre los primeros 4 a 5 días de aparecida la enfermedad (cuando una persona infectada tiene más probabilidad de diseminar el virus). Sin embargo, algunas personas, especialmente los niños, pueden propagar el virus durante 10 días o más.
¿Cómo se previene?
- Si es posible, es recomendable no viajar a las zonas declaradas de riesgo.
- Evite el contacto estrecho con personas infectadas.
- No comparta alimentos, vasos y cubiertos.
- Cúbrase la boca y la nariz con un pañuelo desechable al toser o estornudar. Tire el pañuelo a la basura después de usarlo
- Ventile los lugares cerrados. Mantenga una buena limpieza de la casa.
- Lávese las manos frecuentemente con agua y jabón.
- En caso de presentar un cuadro de fiebre alta de manera repentina, tos, dolor de cabeza, muscular y de articulaciones, acuda a su médico.
¿Cómo se trata?
La gripe A en humanos se trata con las mismas medidas de soporte y medicamentos que la gripe común. Hay dos clases de estos fármacos: los adamantanes (amantadina y rimantadina) y los inhibidores de la neuraminidasa (oseltamivir y zanamivir), pero deben utilizarse siempre bajo prescripción médica. Aunque la mayoría de los virus de la influenza porcina han sido sensibles a los cuatro tipos de medicamentos, los siete virus más recientes de la influenza porcina asilados de personas son resistentes a la amantadina y la rimantadina. En la actualidad, los CDC recomiendan el uso de oseltamivir o zanamivir para la prevención y el tratamiento de la infección por los virus de la influenza porcina. Es importante identificar rápidamente a los pacientes con sospecha de poder padecer la enfermedad para poder iniciar el tratamiento, ya que la eficacia de estos fármacos es notablemente superior si se comienza precozmente. Ya está disponible la vacuna frente a la gripe A. Los grupos de riesgo que serán vacunados primero serán el personal sanitario -incluidos los trabajadores de las residencias de la tercera edad-, el de los servicios esenciales, las embarazadas y los enfermos crónicos a partir de los seis meses de edad. Es suficiente, en mayores de 2 años, una única dosis de vacuna. En menores de 2 años, en algunos casos, es necesario administrar una segunda dosis. La vacuna deja inmunidad permanente frente al virus.
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