Enfermedades comunes del bebé: sarampión

El sarampión es, hoy en día una enfermedad poco frecuente, gracias a la vacunación. Sin embargo, en algunos lugares el mundo como la República Democrática del congo, sufre una epidemia masiva desde 2018, que se ha convertido en el mayor brote de sarampión activo en el mundo. Esta enfermedad, casi erradicada en países desarrollados, ha matado a miles de niños en África debido a la falta de vacunación.

Conoce qué es el sarampión, qué síntomas tiene y cuál es la forma de tratar esta enfermedad tan contagiosa. 

Qué es el sarampión

Los primeros síntomas del sarampión son parecidos a los de un catarro común. Se trata de una infección aguda exantemática muy contagiosa, el sarampión afecta a niños y adultos jóvenes que no han sido vacunados. La época de mayor contagio es el invierno y la primavera. En la actualidad, y gracias a la vacunación infantil, es una enfermedad poco frecuente, aunque todavía no está erradicada y en países como la RDC ya ha acabado con la vida de 6000 personas.

Causas y transmisión

Infección producida por el virus del sarampión (Morbillivirus), se transmite por contacto directo con las personas afectadas, a través de las pequeñas gotitas de saliva o secreciones respiratorias que se expulsan al hablar, toser o respirar.

El período de incubación oscila entre 8 y 14 días a partir del contacto. El periodo de contagio transcurre entre 4 días antes de la aparición de los síntomas hasta los 4 o 5 días posteriores.

Síntomas del sarampión

Los primeros síntomas del sarampión son parecidos a los de un catarro común:

- Congestión y mucosidad nasal.
- Conjuntivitis.
- Tos seca.
- Fiebre elevada durante varios días.
- Sensibilidad a la luz.
- Falta de apetito.
- Malestar general.

Un par de días antes del inicio de la erupción, aparecen las manchas de Koplik --manchas rojas, pequeñas e irregulares en las mucosas bucales, con un puntito blanco en el centro de cada una --, que desaparecen en menos de un día. Deben su nombre a Henry Koplik (1858-1927), pediatra americano que las describió en 1896. Son signo inequívoco de que el paciente ha contraído el sarampión.

La erupción aparece de dos a cuatro días después de que el niño contraiga la enfermedad. Se manifiesta con pequeñas manchas de color rojo oscuro que se inician en la línea de nacimiento del cabello y detrás de las orejas, y se extienden posteriormente a todo el cuerpo, aunque se concentran especialmente en la cara. En general, no producen picor, y suelen desaparecer en 2 a 4 días. La fiebrepuede ser alta y el niño se sentirá mal durante 3 ó 5 días.

En bebés menores de 9 meses, el sarampión puede manifestarse de forma leve gracias a la presencia de anticuerpos maternos protectores.

Complicaciones

Entre las complicaciones más frecuentes de sarampión se citan las otitis, laringitis, bronquiolitis, neumonía, bronquitis, diarrea (más en desnutridos), púrpura, afección del apéndice y, en raras ocasiones, encefalitis aguda.

Ante un caso de sarampión, el médico recetará un fármaco para bajar la temperatur si subiera demasiado. Además, irá tratando cualquier complicación que se presente. Consulta a tu médico de inmediato si:

- Tu hijo no está mejor después de tres días tras la aparición de la erupción.

- Su temperatura se eleva repentinamente.

- La afección empeora, tras parecer que mejoraba.

- Tu hijo tiene dolor de oídos.

- Su respiración es ruidosa o dificultosa. 

Tratamiento

- Tomarle la temperatura para poderle dar la dosis de paracetamol recomendada por su médico, si es preciso. Además, en caso de haber fiebre (se considera fiebre en niños por encima de los 38º), ha de beber abundante líquido y reposar el máximo tiempo posible para favorecer su recuperación.

- Si tiene los ojos irritados, lávalos con algodón y agua fría.

- Vigila sus síntomas ya que el sarampión puede provocar otras complicaciones como neumonía e inflamación cerebral.

Prevención

Casi todos los niños que se vacunan (vacuna triple vírica) contra el sarampión después de cumplir un año, quedan inmunizados de por vida. A veces, un porcentaje pequeño de niños no responden a la dosis inicial, por lo que se aconseja administrar una dosis de refuerzo más adelante.