Diabetes en niños y adolescentes
Causas y soluciones a la diabetes tipo 1 en niños
La diabetes mellitus es una de las enfermedades cuyo conocimiento por el hombre es más antiguo. Ya en el Papiro de Ebers (1550 AC), los egipcios describen un cuadro clínico que hoy llamaríamos diabetes
La diabetes mellitus se caracteriza fundamentalmente por la presencia de elevadas concentraciones de glucosa en sangre (hiperglucemia) debido a la alteración en la acción de la insulina o ausencia de esta hormona, que es producida en el páncreas para permitir la captación de glucosa por los tejidos (fundamentalmente el músculo) que la utilizan como combustible.
Se considera que la mayoría de los casos de diabetes pueden clasificarse en dos grandes tipos que desde 1997 se aconseja denominarlos diabetes mellitus tipo 1 y diabetes mellitus tipo 2. La diabetes mellitus tipo 1 (antes llamada diabetes juvenil o insulinodependiente) se caracteriza por la deficiencia de insulina lo que hace necesario el tratamiento sustitutivo de esta hormona de por vida. Aunque la mayoría de casos se diagnostican entorno a los 14 años, ahora sabemos que puede manifestarse a cualquier edad.
Causas de la diabetes tipo 1 en niños
La diabetes mellitus tipo 1 es una enfermedad autoinmune, esto quiere decir que el fallo original está en nuestro sistema inmunitario, cuya función principal es defendernos de lo extraño. En el caso de la diabetes mellitus tipo 1 son atacadas y destruidas las células productoras de insulina. Al carecer de insulina no se puede realizar correctamente el metabolismo de los hidratos de carbono, grasas y proteínas.
El desencadenamiento de este ataque autoinmune se produce por una combinación de factores genéticos y ambientales. Entre los factores ambientales, los virus parecen los candidatos más probables. Hasta el momento no se han identificado causas específicas (incluyendo vacunas y elementos de la dieta) que puedan desencadenar esta enfermedad en personas que deben tener previamente una susceptibilidad genéticamente condicionada. Los factores hereditarios parecen tener un papel importante, pero el problema, prácticamente, nunca se adquiere directamente por herencia.
Síntomas de la diabetes tipo 1 en niños
Los síntomas principales antes del diagnóstico son habitualmente cansancio, pérdida de peso, sed intensa y continua producción de orina, incluso por la noche. Es especialmente grave la elevación incontrolada en sangre de glucosa y los llamados cuerpos cetónicos (que se producen en el hígado por un exceso de grasas liberadas al torrente circulatorio en situaciones de gran insulinodeficiencia) ya que, sin tratamiento, es potencialmente mortal cuando llega al extremo del llamado coma cetoacidótico.
El diagnóstico en estos casos suele ser sencillo al determinarse un valor de glucosa en sangre claramente elevado. Esta prueba se puede realizar con una gota de sangre obtenida mediante un pequeño pinchazo en el dedo y con un sencillo medidor de glucosa, "glucómetro", en la consulta del médico, en un servicio de urgencias o en una farmacia. En muchos casos, el diagnóstico también puede realizarse midiendo la glucosa y los cuerpos cetónicos ("acetona") en la orina, con una tira reactiva.
Tratamiento para la diabetes tipo 1 en niños
Desde el momento del diagnóstico debe iniciarse el tratamiento con insulina. El páncreas normal presiente un aumento en el azúcar de la sangre, tras una comida e, inmediatamente, ajusta el suministro de insulina al organismo. La insulina inyectada, sin embargo, es absorbida por la sangre, independientemente del nivel de azúcar en la sangre.
Las personas diabéticas deben aprender a ajustar las comidas e inyecciones adecuadamente, de modo que eviten los extremos: el exceso de azúcar en la sangre (hiperglucemia) y la presencia de muy poco azúcar en la sangre (hipoglucemia). La mejor forma de hacerlo es medir el nivel de azúcar en la sangre, en varias ocasiones del día.
Un diabético puede imitar al pancreas normal, inyectándose insulina de acción corta, a la hora de la comidas y de insulina de acción prolongada, antes de acostarse. En la mayoría de los casos puede ser necesario un ingreso hospitalario durante algunos días para iniciar el tratamiento insulínico.
Alimentación para niños diabéticos
Los alimentos pueden dividirse en dos categorías: aquellos que contienen azúcares rápidos (hidratos de carbono rápidamente absorbidos) y aquellos que contienen azúcares lentos (hidratos de carbono lentamente absorbidos). Los alimentos con azúcares rápidos contienen azúcar refinado e incluyen compotas, dulces, caramelos, frutas, zumos de fruta y leche.
Estos azúcares rápidos producen niveles de azúcar en la sangre muy elevados (dependiendo de la cantidad consumida) porque el azúcar llega a la sangre en un corto espacio de tiempo. Por lo tanto, es mejor ingerir azúcares lentos. Estos están contenidos en alimentos como patatas, vegetales y arroz. Son mucho más seguros para el diabético porque llegan a la sangre más lentamente y permiten que el organismo los absorba antes de que se "acumulen" (concentren) en la sangre.
Las fibras de los alimentos también atrasan la absorción de los azúcares. El ejercicio aumenta la sensibilidad del organismo a la insulina, por lo que tiende a disminuir el nivel de azúcar en la sangre. Es preferible el ejercicio regular, porque fases súbitas de ejercicio vigoroso pueden causar problemas con el control del azúcar en la sangre.
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