Bóxer: el baboso bonachón
Bóxer: el baboso bonachón
Además de las muchísimas cualidades que tiene esta raza, cuando se habla del Bóxer siempre se hace hincapié en el increíble tacto y cariño que tienen con los más peques de la casa.
El Bóxer es un perro fiel, muy cariñoso con su familia, sociable y sobre todo muy divertido. Es una raza de tamaño medio, potente y activa. No todo pueden ser buenas noticias, y lo cierto es que el Bóxer tiene un defecto que puede echar para atrás a muchas familias: es bastante baboso. Manchará la casa, los muebles, el suelo y la ropa de todo aquel con el que se cruce. Sin embargo, esta faceta desciende considerablemente en los meses de más frío, y se puede reducir en líneas generales si le acostumbramos a comer a horas fijas y sólo pienso. Cosa (esta última) que no será fácil, pues nos mirarán con su carita de pena continuamente suplicando por un trozo de nuestro filete, pizza o cualquier alimento que sea captado por su olfato. En casa, su convivencia con otras mascotas es muy buena, aunque la tarea será más fácil si los tenemos con nosotros desde cachorros, de forma que los consideren integrantes de pleno derecho en nuestra familia. En resumen, el Bóxer es una mascota excelente, que rebosa bondad y que tratará de forma excepcional a nuestros niños. Quizás un poco tercos, compensarán sus pequeños defectos con la cantidad de veces que nos harán reír.
Cuidados
Si nos decantamos por tener en nuestra casa un Bóxer como mascota, se recomienda que disponga de algo de espacio donde pueda descargar parte de su energía. Además, para que el perrito tenga una personalidad más equilibrada, es necesario que quemen toda la energía posible en los paseos diarios y escapadas al parque. Correrán como locos detrás de una pelota de tenis y jugarán con el resto de la ´manada´, para después volver a casa cansados, con ganas de dormir y realizados. Algunos Bóxers, especialmente los machos, tienen fama de peleones con otros perros. Este comportamiento es completamente corregible, sólo deberemos esforzamos por educarle, enseñarle a rehuir los conflictos, y guiar su comportamiento con métodos coherentes y firmes. Por último, conviene cepillarlos aproximadamente una vez a la semana con el objetivo de eliminar la mayor cantidad posible de pelo suelto.
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