Golpe de calor en niños: lo que los padres debemos saber

Cómo proteger a tus hijos del calor excesivo

Ante el calor excesivo, tanto los niños como los ancianos corren más riesgo de deshidratación, de insolación o de sufrir un golpe de calor. Aprende a detectar y, sobre todo prevenir, un golpe de calor en los niños. Te explicamos qué cuidados has de tener en verano, cuando la temperatura es muy alta y qué hacer si tu hijo muestra síntomas relacionados con una exposición prolongada al calor.

Cómo afecta el calor a os niños los niños

Golpe de calor en niños

El verano es una de las épocas más divertidas para los niños, no hay clases y sí mucho tiempo libre para disfrutar del parque, los baños en la piscina, la montaña o la playa. Sin embargo, a lo largo del verano, hay días en los que el termómetro se puede disparar tanto que, las personas más sensibles al calor, como niños y ancianos pueden padecer los rigores e incluso llegar a enfermar por un golpe de calor.

Los niños, cuanto más pequeños sean, tienen menos capacidad para regular la temperatura de su cuerpo, por lo tanto, son más sensibles a las temperaturas extremas, bien sea el calor o el frío.

Y es que, su mecanismo de sudoración, que es la capacidad que tiene el cuerpo para emitir gotitas por los poros que ayudan a refrescarse, no funciona todavía de forma óptima. Por lo tanto, es normal que aunque haga mucho calor, los niños no pidan agua y, esto conduzca a su deshidratación.

Ver también: cuando el bebé no quiere bebér agua

En este punto, es fundamental aprender a reconocer cuándo un niño se está deshidratando, qué puede provocar un golpe de calor y cómo prevenir las consecuencias de ambas situaciones.

Qué es un golpe de calor

El golpe de calor es un trastorno que ocurre por sobrecalentamiento del cuerpo tras exponerlo a las altas temperaturas o por haber realizado un exceso de deporte. Es el grado máximo de hipertermia. En estos casos, la falta de hidratación conduce a que algunos órganos no funcionen de forma óptima y es considerado un trastorno de gravedad en los niños. Es decir, si tu hijo ha sufrido un golpe de calor es necesario acudir a urgencias ya que, una mala evolución puede conducir a un desenlace fatal.

Y es que, con el golpe de calor, el centro de regulación de calor en el cuerpo deja de funcionar. Esto hace que la temperatura corporal aumente sin control subiendo por encima de los 40º. Una vez que esto sucede, la atención inmediata es crítica.

Síntomas que pueden conducir a un golpe de calor en los niños

Es importante que conozcamos como padres los síntomas que indican que el niño ha sufrido un golpe de calor, para poder reaccionar a tiempo:

  • Sudoración excesiva
  • Piel pálida y húmeda
  • Mareo o incluso desmayo
  • Irritabilidad
  • Dolor de cabeza
  • Debilidad
  • Excesiva sensación de sed
  • Temperatura corporal alta

Si detectas alguno de estos síntomas en tu hijo y sospechas que puede ser debido a un golpe de calor, llévalo cuanto antes a un lugar fresco y alejado del sol. Puedes refrescarle quitándole ropa y humedeciendo su piel. Además debes rehidratarle de forma lenta con agua fresca pero, si ves que no se recupera o los síntomas empeoran en 20 minutos, busca atención médica para evitar que el golpe de calor siga evolucionando.

En general, ante una rápida reacción el niño debería mejorar rápidamente y no debería tener problemas después, sin embargo, y ante la duda, es preferible consultar con un médico ya que el golpe de calor es una emergencia que puede resultar mortal.

Qué señales indican que un niño sufre de insolación

La insolación también es un tipo de hipertermia. También se produce por haber estado expuesto al sol sin protección y, de la misma manera, niños y ancianos son más susceptibles de sufrirla. Los síntomas de la insolación son:

  • Temperatura alta, en torno a los 40º
  • Dolor de cabeza
  • Taquicardia
  • Sequedad en la piel
  • Mareo y vómitos
  • Convulsiones
  • Pérdida del conocimiento
  • Piel enrojecida y caliente al tacto
  • Confusión y agitación

Claves para prevenir un golpe de calor en los niños

Tanto conocer los síntomas del golpe de calor como aprender a prevenirlos es fundamental. La mejor forma de garantizar que tu hijo no lo sufre es:

- Mantener una buena hidratación de forma constante, si el niño tiene mucha sed ya se ha iniciado la deshidratación. Ofrécele agua con frecuencia.

- No le expongas al sol, sobre todo en las horas centrales del día.

- Mantén al niño en la sombra lo máximo posible.

- Vístele con ropa ligera y preferiblemente de algodón para que transpire.

- Evita que haga ejercicio físico en el exterior cuando hace mucho calor.

- No pongas una sábana u otro elemento sobre el carrito del bebé para evitar que le dé el sol ya que impedirás el flujo de aire y puede recalentarse.

- No dejes nunca a tu hijo solo en el coche, bastan unos minutos para que un coche al sol alcance temperaturas altísimas.

 

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