Mucho más que ejercicio físico

A través de la educación física se pueden inculcar valores como el reto personal, la autodisciplina, la participación de todos, el respeto a los demás, la cooperación o la amistad.

La aparente pérdida de valores por parte de los jóvenes es uno de los motivos de queja más recurrentes en la sociedad de nuestros días. Educar no es solo instruir, sino también transmitir unas certezas, unas ideas o unas maneras de ser. La actividad física y el deporte no son por sí mismos generadores de valores sociales y personales, pero sí constituyen espacios idóneos para su promoción y desarrollo. Todo dependerá, por tanto, del uso, acertado o no, que de ellos se haga.

Valores personales y sociales

La habilidad, la creatividad, la diversión, el reto personal, la autodisciplina, el autoconocimiento, el mantenimiento o la mejora de la salud, el logro, la deportividad o la honestidad, son, entre otros muchos, algunos de los valores personales que son más susceptibles de alcanzar mediante la actividad física. Pero, junto a ellos, pueden lograrse asimismo valores sociales como la participación de todos, el respeto a los demás, la cooperación, la relación social, la amistad o la pertenencia a un grupo, así como el trabajo en equipo, la expresión de sentimientos, la responsabilidad social, el compañerismo o la preocupación por los demás.

Recomendaciones a los padres

• Animar a los hijos a que practiquen deporte para sí mismos, no para los demás. • Propiciar la práctica deportiva conjunta, de manera que se trate de una experiencia compartida. • Inculcar en los hijos el espíritu del disfrute por la actividad por encima de cualquier otro interés y facilitar en lo posible experiencias deportivas tempranas. • Mostrar interés por la práctica deportiva del hijo/a y permitir que practique según su propio nivel, sin una excesiva presión hacia el rendimiento. • La finalidad de los deportes infantiles y juveniles, en ocasiones, es permitir a los padres revivir sueños no realizados. Se debe procurar no caer en este error intentando convertir al hijo/a, contra su voluntad, en algo que los padres hubieran querido llegar a ser. • Destacar los principios de deportividad y juego limpio que siempre deben imperar en toda acción humana.

Competitividad insana

Pero el trabajo de difundir prácticas deportivas saludables no es sencillo. El deporte escolar y el deporte profesional deberían apuntar a una misma dirección, pero este último está contaminando a los anteriores con sus malas prácticas y su competitividad insana. El profesorado de educación física y los responsables de diseñar las políticas educativas deben asumir cada uno su papel y contribuir a desarrollar y promover los valores sociales y personales a través de la actividad física.

Javier Sanz

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