Cumplir 40 años

Cuando cumplimos los 40, nos damos cuenta de que estamos en la mitad de la vida. Nos queda mucho por hacer y tenemos que encarar y aceptar cambios importantes, entre otros, los que el tiempo dibuja en nuestra piel. Pueden surgir crisis, o no: depende de cada uno.

Muchas personas hablan de la crisis de los 40, edad a la que se le achacan un sinfín de problemas. Pero eso no es cierto. En realidad, el ciclo vital entero, desde el nacimiento hasta la vejez, está jalonado de sucesivas crisis inevitables, pues toda crisis se produce por un cambio y la vida es un cambio permanente.

Cómo pasa el tiempo

Inconscientemente, nos engañamos sintiéndonos más jóvenes de lo que somos en realidad, como si el avance de nuestra madurez física no fuera asumida al mismo ritmo que el tiempo real. Esto es lógico ya que seguimos estando en buena forma y en el mejor momento profesional.

¿Soy invisible?

Un día, alguien nos llama de usted, o un amigo dice que somos “una atractiva mujer madura”, y ese día nos miramos al espejo de otro modo. La de los cuarenta, probablemente, sea la década en la que se empieza a luchar contra el envejecimiento. Carmen (39 años), soltera y sin pareja en esos momentos, se encontraba abatida desde que un buen día, al entrar en un bar, no la miró nadie. Este es el síndrome de la “mujer invisible”: dejas de ser joven y ya no existes. Sin embargo, actualmente las mujeres pueden estar “estupendas” a los cuarenta gracias a que se cuidan: buena alimentación, avances de la Medicina, se tiene acceso a los beneficios del fitness, lo que claramente ayuda a retrasar los signos del envejecimiento.

De qué depende la autoestima

Nuestra autoestima no puede depender de la admiración o halagos sobre nuestro físico, pues, de ser así, permitiremos que se minimice la confianza en nosotros mismos a medida que envejecemos. Lo cierto es que, tengamos la edad que tengamos, nunca estaremos más jóvenes de lo que estamos hoy mismo. Es importante cuidarse y envejecer dignamente, mantenerse en forma, practicar algún deporte, disfrutar del aire libre, desarrollar constantemente la ilusión por las cosas y tener ocupado el día haciendo algo que nos enriquece. En lugar de pretender seguir siendo jóvenes, hay que intentar tener espíritu joven para mantenernos mucho tiempo lo mejor posible.

Severidad con la mujer

En cuanto a la “belleza física”, la sociedad es más severa con las mujeres que con los hombres a la hora de exhibir años. No es lo mismo cumplir 40 para ellas que para ellos. En ambos sexos, los síntomas empiezan a asomar: canas, arrugas alrededor de los ojos, el pelo pierde su brillo o se cae, se aumenta de peso, etc. Con la misma edad, ellos están en la flor de la vida y nosotras nos vamos convirtiendo en “invisibles”. Sin embargo, no todo es fácil. A ellos se les “exige” éxito profesional, poder, fortaleza y potencia sexual.

Hora de hacer balance

En el terreno laboral se dan aspectos buenos y menos buenos. Por un lado, hombres y mujeres han adquirido la experiencia suficiente y están en el mejor momento. Por otro, a los 40 se lucha encarnizadamente para evitar que lo conseguido desde los treinta o antes pueda ser arrebatado por el empuje de los más jóvenes que vienen arrasando detrás. La competitividad puede ser feroz. Al tener conciencia de lo efímero del tiempo, surge la necesidad de plantearse la vida como una “contra reloj” y hacer todo lo que no se ha hecho antes, como tener hijos si no se tienen, casarse o encontrar pareja, o por el contrario separarse; terminar o empezar una carrera, cambiar de profesión. Se hace inevitablemente un balance de lo conseguido en comparación con los deseos o sueños que nos habíamos propuesto en la adolescencia o juventud. Muchas personas se cuestionan seriamente si quieren seguir como están o prefieren enfrentarse a un cambio.

Cambios alrededor

Un aspecto muy positivo de cumplir años es que se quiere aprovechar el tiempo más y no perderlo en situaciones o asuntos que no conducen a nada. No solo tenemos que aceptar los cambios propios, sino que también se van produciendo cambios a nuestro alrededor: los hijos crecen y nos ven viejos y anticuados, nuestros propios padres envejecen y enferman, las relaciones de pareja no son las mismas que cuando se tienen 20. Los amigos cambian, unos se han casado, otros se han divorciado, a veces, algunas personas se sienten como “descolgadas”. Es más interesante considerar cualquier crisis como oportunidad para crecer, afianzarnos, cambiar actitudes negativas, afrontar los problemas con mayor serenidad, reflexionar, tomar consciencia de nuestras posibilidades y poner en marcha deseos u objetivos, tengamos la edad que tengamos.

Los atractivos de la madurez

A medida que crecemos interiormente, nos vamos liberando de miedo, de limitaciones, de complejos, y lo que piensen los demás ya no importa tanto. Por esta razón, hombres y mujeres de cuarenta pueden sacarle partido a los atractivos que la madurez les va concediendo. El culto a la juventud no nos deja apreciar lo importante que es vivir la vida con la tranquilidad y seguridad que proporciona el saber y el conocimiento. Haber podido domar el ímpetu y la arrogancia de los veinte, los cambios de humor y las inseguridades de la adolescencia. En todas las etapas de la vida hay aspectos positivos y negativos. Por decirlo de otro modo, las edades buenas o malas no dependen tanto de los años como del modo en que sabemos disfrutarlas y aprovecharlas. Los cuarenta nos van preparando para lo que viene. Sin duda es una etapa de cambios extraordinarios. No todo el mundo tiene crisis en esta edad, pero, si las hay, pueden ser una oportunidad para que, en esta época de búsqueda de uno mismo, podamos cambiar aquello que queramos cambiar y también aceptar los cambios que no podemos evitar. Decir adiós a lo que fue y hola a lo que viene es abrirse a la vida.

Victoria Artiach Elvira. Psicóloga-psicoterapeuta

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Comentarios (1)

20 jun 2013 01:57 maricel

hola:
Acabo de cumplir los 40 años e igual me asustaba hasta que ley este articulo, tratare de seguir los consejos ...... sere optimista y vivire la vida a concho con todos los personajes que me rodean.

gracias.