Trastornos más frecuentes de la alimentación en la edad escolar

En esta etapa los trastornos que con mas frecuencia podemos observar en la alimentación del niño son el aumento de apetito que se observa en ocasiones en algunos escolares y que si no se controla la ingesta, sobre todo en lo que se refiere a la calidad de los alimentos, puede ser el origen de una obesidad.

Dra. Cristina Azcona San Julián Especialista en Pediatría Consultor Clínico. Departamento de Pediatría CLINICA UNIVERSIDAD DE NAVARRA

En esta etapa los trastornos que con mas frecuencia podemos observar en la alimentación del niño son el aumento de apetito que se observa en ocasiones en algunos escolares y que si no se controla la ingesta sobretodo en lo que se refiere a la calidad de los alimentos puede ser el origen de una obesidad. Por ello si el niño muestra un aumento de apetito de forma exagerada se le deberá de ofrecer alimentos que le sacien pero que sean de bajo contenido calórico, como verduras y frutas cuando el niño quiere comer algo entre comidas. Por ejemplo, si quiere algún "snack", se le puede ofrecer pepinillos o cebolletas, en vez de bolsas de patatas fritas o similares que contienen abundantes grasas y por lo tanto un elevado aporte energético. Además habrá que moderar el consumo de hidratos de carbono y grasas. Es además muy importarte animarles a que empiecen a realizar ejercicio físico de forma regular en vez de ver la televisión. Ya que el sedentarismo en un niño con un apetito exagerado le va conducir a una obesidad importante. La introducción temprana a los deportes de competencia también puede influenciar de una forma positiva hacia la alimentación. Es además en esta época cuando el niño habrá de aprender nociones básicas de nutrición y salud en forma de juego que le hagan comprender la importancia de realizar una alimentación saludable para evitar las enfermedades cardiovasculares, la diabetes del adulto y la obesidad.

Otro trastorno que vemos con frecuencia a esta edad es el niño vomitador. Hay niños que tienen especial facilidad para vomitar, sobretodo en circunstancias de estrés o problemas psicológicos en la edad escolar. Muchos de estos niños además tienden a producir cuerpos cetónicos al precisar utilizar sus reservas de grasa cuando han agotado ya las reservas de glucógeno, situación que favorece la persistencia del vómito. Para evitar la producción de cuerpos cetónicos y de vómitos hay que intentar mantener una ingesta alta y frecuente de hidratos de carbono de absorción lenta (pasta, arroz, pan, legumbres...)

El dolor abdominal crónico de origen, en la mayor parte de los casos psicógeno en esta edad es otro de los problemas que puede afectar a la ingesta, principalmente del desayuno. Muchas veces debido a las prisas a la hora del desayuno y el estrés que para estos niños puede suponer el enfrentarse a la escuela de forma diaria, los niños reaccionan somatizando sus problemas en forma de dolor crónico abdominal. Tras realizar las exploraciones oportunas se descarta su origen orgánico y en la mayor parte de los casos se encuentra un problema en la familia o en la escuela que es el origen del problema. La ayuda de un psicólogo es imprescindibles en estas situaciones.

La infecciones de vías aéreas superiores, tan frecuentes en esta etapa, aunque en disminución en relación con el niño preescolar, pueden también disminuir el apetito. Será necesario un estudio adecuado para valorar la necesidad de una amigdalectomía en los casos mas severos, en los que las infecciones repetidas, alteren la escolaridad del niño y su estado de nutrición

MITOS

Necesidad de suplementos de vitaminas y minerales: en un niño sano que realiza una ingesta adecuada no es necesario administrar suplementos de vitaminas. Sólo en algunas circunstancias especiales, como en el caso de niños deportistas de competición o niños con enfermedades crónicas que precisan el seguimiento de una dieta que no cumple los requerimiento de la RDA, será necesario suplementar.

Sesos y vísceras: En general los sesos no son recomendables por su abundante contenido de colesterol. Las vísceras como el hígado contienen abundante hierro, pero no hay porque insistir en su ingesta siempre que el niño ingiera hierro por medio de otras fuentes como algunas legumbres, frutos secos, carne roja, etc.

Muchas personas piensan que el niño debe de ingerir leche en cantidades exageradas para promover su crecimiento. Los requerimientos necesarios en esta edad son de unos dos vasos de leche al día. Si al niño no le gusta la leche lo podría sustituir con otros derivados lácteos, aunque no tienen la misma composición exactamente. En general la leche debe de ser entera, salvo en circunstancias especiales de obesidad en las que se podría dar leche semidesnatada o desnatada, teniendo siempre en cuenta que puede ser necesario en esto casos la suplementación con vitaminas liposolubles. Hay muchos niños que rechazan la leche y pueden tener algún motivo para hacerlo, por ser intolerantes a la lactosa. Por lo tanto siempre que se de esta circunstancia se debe de acudir a un especialista en pediatría que descarte este tipo de alteración.

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