Que duermas bien, pequeño tren. Libro ilustrado para niños

Para quedarse dormido no hay nada mejor que pensar en cosas que nos reconfortan, arroparnos con fantasías cálidas y abrazarnos a recuerdos acogedores.

Si a un niño le gustan los trenes y los animales, éste es el cuento ideal para leérselo en la cama. Un cuento tibio, de luz tenue, protagonizado por animales que se van a dormir y por un tren que viaja hacia la noche.

Un tren cargado de cosas bonitas

Es de noche, un trencon 21 vagones llega a la estación. Hay que cargarlo de mercancías y de ello se encargan animalesde todas las especies. Osos, monos, canguros, camellos, elefantes... utilizando palas, grúas y otras máquinas llenan los vagones de todo lo que un niño puede soñar: juguetes, coches, helados... por no faltar no faltan ni dinosaurios, que viajan en dos vagones plataforma.

Cuando el trabajo ha terminado, los animales se acuestan en los coches-cama y el tren, como un arca de Noé sobre raíles, continúa su camino. Pero todavía queda una sorpresa en la última doble página, que comprenderán que no revelemos.

La autora, Sherri Duskey Rinker, confiesa que escribió este cuento para sus dos hijos, uno apasionado por los animales y otro por los trenes y camiones. Quiso proporcionarles un cuento de buenas noches con sus temas favoritos para que se despidieran del día con esa sonrisa que aparece en la boca cuando el pensamiento se refugia en los rincones del cerebro en que atesoramos las cosas con las que nos gusta estar. No es de extrañar que también escribiera otro libro titulado Felices sueños, camiones grandes y pequeños.

A este objetivo contribuyen las lustraciones de Tom Lichtenheld: risueñas, ensoñadoras y un poco oscuras, como conviene para un cuento que se lee antes de dormir.

Datos prácticos