7. Aprendo a decir “no”. (7/10)

No, no puedes seguir el mismo ritmo que llevabas cuando no tenías hijos. No te queda más remedio que escoger. Revisar tus pretensiones a la baja pasa forzosamente por una renuncia y, en esa renuncia hay un “no”. De modo que debes aprender a decir “no” tranquilamente, firmemente y, sobre todo, definitivamente. A cambio, conseguirás serenidad.

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  • 7. Aprendo a decir “no”.
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