Crecimiento del feto en el embarazo

Molestias en el último trimestre del embarazo

El crecimiento del feto durante el embarazo puede resultar molesto para la futura mamá. El bebé crece y crece y, al final, ocupa todo el espacio del que dispone.

Ya estás en el último trimestre del embarazo. El futuro bebé se encuentra bien. Pero tú empiezas a sentirte molesta noche y día. ¡Ay, me presiona el estómago! ¡Huy, ahora la vejiga!. Son pequeñas molestias sin importancia, pero que es mejor aliviar.

Molestias de estómago en el último trimestre del embarazo

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El niño ejerce presión sobre tu estómago. Como el niño empuja hacia arriba, el cardias, un pequeño orificio situado entre el estómago y el esófago que normalmente está cerrado, a menudo se abre cada vez más. Entonces, el ácido que hay en el estómago pasa al esófago y causa “reflujos” desagradables de acidez gástrica.

Pide a tu médico que te recete un tratamiento suave “antirreflujo”, que alivia al actuar como un pequeño tapón en sustitución del cardias. Si tienes tiempo y te atrae la idea, haz yoga. La respiración que se practica en determinadas posturas resulta eficaz. En todo caso, has de saber que no existen remedios milagrosos. El mejor tratamiento sigue siendo... ¡dar a luz!

También sientes tu vejiga oprimida. Te pasas el día yendo al servicio. ¡Normal! Al crecer, el bebé ocupa todo el espacio que puede y comprime tu vejiga con fuerza. De ahí la necesidad constante de hacer pis. Ten paciencia. Desgraciadamente, hay poco que hacer. La mejor solución es... ¡tener cerca el baño!

El bebé comprime los intestinos. Durante el embarazo, tu cuerpo está inundado por una hormona, la progesterona. Esa afluencia hace más lento el tránsito intestinal. Además, el bebé, al ocupar cada vez más espacio, dificulta los movimientos intestinales. Es lo que se llama estancamiento. Con la ralentización del trayecto, a menudo se produce estreñimiento.

Adapta tu dieta: come fibra, verduras verdes, lechuga, fruta y ciruelas y bebe zumo de naranja. No tomes muchos alimentos astringentes como el arroz y la fécula, pero tampoco los suprimas. Si llevas una semana sin ir de vientre, consulta a un profesional de la salud. Las jaleas a base de parafina (como el Lansoyl) pueden ayudarte.

Problemas de circulación sanguínea

Al final del embarazo, el bebé tiende a apoyarse en tu vena cava y a comprimirla un poco. En esa gran vena, la circulación, que sube por la columna vertebral y recoge toda la sangre procedente de las piernas, de la pelvis y del vientre, pasa a ser menos fluida, lo que provoca una sensación de pesadez en las piernas.

Como la sangre fluye al corazón con más dificultad, a veces también puedes sentir mareos o ahogo, sobre todo cuando estás tumbada de espaldas. Échate del lado izquierdo, con una pierna ligeramente doblada hacia ti. Así el bebé dejará de presionar sobre los grandes vasos sanguíneos.

Problemas de espalda en el embarazo

Llevas todo el peso delante. Eso hace que te arquees y castigues las lumbares, lo que produce dolor. Desplaza la pelvis. Practica el siguiente ejercicio: tumbada boca arriba, acerca las rodillas al vientre intentando reducir el espacio entre las lumbares y el suelo o el colchón. Cuando hayas comprendido cómo debes desplazar la pelvis, podrás hacerlo también de pie.

Maria Poblete. Redactora de Conmishijos.

Marielle Cailleauc. Comadrona de la maternidad del hospital Dourdan.

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