Cómo adelgazar tras el embarazo
Consejos para perder peso después del parto
Durante el embarazo es normal el aumento de peso, pero engordar en exceso puede acarrear problemas a largo plazo, sobre todo si recurrimos a dietas sin pedir consejo de un nutricionista o asesornarnos debidamente, por eso te recomendamos algunos consejos para adelgazar tras el embarazo. Miriam, de 28 años y 1,65 m de estatura, pesaba 54 kilos antes de quedar embarazada. Durante el embarazo, engordó 21 kilos. A los seis meses del parto, pesaba 67 kilos.
El cuerpo de la mujer tras el parto
Estaba tan desesperada que, en cuanto dejé de amamantar a mi hijo, decidí cortar por lo sano. Sin consultar con nadie, me puse un régimen de unas 600 ó 700 calorías diarias. Perdí 7 kilos rápidamente. El problema fue cuando quise volver a comer normalmente: recuperé los kilos perdidos... y otros 4 más en pocas semanas.
Dejando a un lado las serias deficiencias nutricionales y los problemas de salud que una dieta tan restrictiva puede acarrear (se ha comprobado que cualquier dieta de menos de 1200 calorías es deficitaria y puede entrañar riesgos para la salud), es muy importante tener las ideas muy claras a la hora de adelgazar después del parto. Sobre todo:
1.- Antes de lanzarse a un régimen hipocalórico, las madres deben saber que el embarazo y el parto provocan cambios en el metabolismo y que son necesarios al menos seis meses para que las cosas vuelvan a la normalidad.
2.- También conviene tener en cuenta que, en cuanto abandonen un régimen muy bajo en calorías, tienen todas las papeletas para volver a engordar. Para empezar, después de un régimen tan restrictivo, ¿qué van a hacer para no engordar? Por un lado, no pueden seguir pasando privaciones de por vida; por otro, el organismo no se queda impertérrito ante regímenes tan bajos en calorías. Cada régimen hipocalórico 'enseña' a nuestro organismo a reducir el metabolismo, de forma que finalmente acabamos engordando con dietas que, en situaciones normales, no hubieran propiciado el aumento de peso. Esta es la razón por la cual endocrinólogos y dietistas no dejan de repetirnos que 'el peso perdido a través de dietas de hambre se recupera muy rápidamente'.
La obesidad después del embarazo
En realidad, en esto de la obesidad, somos víctimas de nuestra propia supervivencia como seres vivos. A lo largo de los millones de años de evolución, el organismo de los humanos desarrolló mecanismos para almacenar energía (en forma de grasa) en momentos de abundancia y para ahorrar calorías (reduciendo el metabolismo) cuando llegaran momentos de escasez.
El problema es que, en la situación de abundancia en que los occidentales vivimos desde hace pocas décadas, el organismo sigue pensando que cuando seguimos dietas hipocalóricas es por falta de alimentos y, consecuentemente, reduce el metabolismo a mínimos para ahorrar calorías. Lo malo es que, en cuanto aumentamos el consumo de calorías, recuerda la época de escasez anterior, y da la señal para almacenar más grasa de la que hubiera almacenado de no haber sido sometido a regímenes tan drásticos.
Consejos para adelgazar
¿Cuál es la solución? Sin duda, la batalla final se gana perdiendo peso de forma lenta y gradual, a través de una alimentación sana y equilibrada que evite el exceso de calorías pero que no dé señales de hambre al organismo y que incluya ejercicio a diario.
El ejercicio físico tras el parto es recomendable porque la actividad física regular aumenta la proporción de músculo en relación a la grasa corporal, lo que acelera el metabolismo basal y hace que el organismo siga quemando calorías incluso en los momentos de inactividad.
El consejo general a las embarazadas es seguir dietas equilibradas de entre 1200 a 1500 calorías diarias. Es importante insistir en tres cosas:
1.- Evitar al máximo las calorías vacías (en grasas saturadas, harinas blancas y féculas, dulces y alcohol).
2.- Basar la dieta en alimentos ricos en fibra y otros nutrientes beneficiosos (fruta y verduras frescas; cantidades adecuadas de cereales y pan integrales; legumbres preparadas con mucha verdura; pescados de todo tipo; carnes magras; lácteos descremados; pequeñas cantidades de frutos secos...).
3.- Hacer ejercicio (caminar, nadar, bailar, montar en bici, acudir a un gimnasio...) al menos 30 minutos al día hasta convertirlo en parte de la rutina diaria.
El peso en el embarazo afecta al bebé
Puede sonar paradójico, pero varios estudios han revelado que las mujeres que hacen dietas muy restrictivas durante el embarazo tienen niños más gordos y con mayor riesgo de desarrollar problemas de obesidad a la larga que las que siguen una dieta sana y equilibrada. El proceso tiene su explicación.
Si una mujer embarazada no se alimenta suficientemente, su organismo se 'pregunta': ¿Este niño va a nacer en un mundo en el que no hay comida suficiente?. Y el organismo programa al niño para que, cuando coma, almacene más grasa en relación a las calorías que consume. En realidad, es el mismo proceso que se da en los adultos, con la diferencia de que los niños obesos tienen mayor riesgo de desarrollar diabetes y otras enfermedades crónicas a edades tempranas de la vida.
Marisol Guisasola.
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