El uso de fórceps o ventosas en el parto
Qué son el fórceps y las ventosas, y cuándo se utilizan en el parto
¿Qué es el fórceps? Se trata de una herramienta o instrumento quirúrgico, con formato de una pinza, que se usa para facilitar la salida de la cabeza del bebé por el canal del parto, cuando el pequeño está casi fuera pero no avanza. Su utilización es posible solo en casos muy concretos, cuando la expulsión del bebé se prolonga demasiado y se nota que el parto no sigue su curso normal.
Con el fórceps, que tiene dos palas o cucharas metálicas que se adaptan a la curvatura de la cabeza del bebé, se sujeta el cráneo del bebé por los dos lados y con cuidado el médico rota y tira de su cabeza.
Cuándo se usa el fórceps
Para la usar el fórceps, es recomendable que el cuello del útero de la mujer esté totalmente dilatado, que la bolsa de líquido amniótico esté rota y que la cabeza del bebé esté perfectamente encajada para salir.
En este tipo de parto, el médico recurre a dispositivos diseñados para extraer el feto por vía vaginal, desde la cabeza, para garantizar una mayor protección del cráneo y sin traumatismo para el bebé ni para la madre.
Se emplea el fórceps cuando la cabeza del feto tiene problemas para seguir descendiendo o cuando el bebé se presenta de nalgas o en posición posterior. También, se recurre a ellas cuando las contracciones son demasiado débiles y en casos en los que la mujer ya no tiene fuerzas para seguir empujando al final del parto.
Qué son las ventosas
Se utiliza en ocasiones como alternativa al fórceps y funciona como un aspirador. El médico introduce la ventosa hasta fijarla en la cabeza del feto y, ayudado por las contracciones, va sacando el bebé hacia el exterior.
Al igual que los fórceps, las ventosas sólo se utilizan durante la fase de expulsión y cuando existen evidencias de sufrimiento fetal o en el caso de prolongación excesiva del periodo expulsivo.
En caso de fracasar en el intento, debe realizarse una cesárea inmediatamente.
Efectos del fórceps y de las ventosas en el bebé
Cuando su uso es adecuado y está bien indicado, los fórceps o ventosas no suelen provocar daños permanentes en el bebé. Normalmente, las marcas de los fórceps desaparecen unos días después. En raras ocasiones, los nervios faciales del bebé pueden quedar dañados de forma transitoria; la caída de los músculos faciales casi siempre se recupera en su totalidad en pocas semanas.
Consecuencias del fórceps para la madre
Tener un parto asistido aumenta el riesgo de desgarros en la vagina, cuello uterino, perineo y esfínter anal, aunque este riesgo es menor en el parto con ventosas que en el asistido con fórceps. Los desgarros suelen necesitar algún punto de sutura, que tarda algunas semanas en cicatrizar.
El dolor que provocan estos puntos de sutura, junto con los cambios en los nervios, músculos pélvicos y perineales pueden hacer difícil el control de la orina y provocar estreñimiento. Los ejercicios de Kegel y una dieta adecuada pueden ayudar resolver estos problemas.
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