Cesáreas: cuándo y por qué son necesarias

Cesáreas: cuándo y por qué son necesarias

El aumento del número de cesáreas en España ha generado un intenso debate.

España está a la cabeza de Europa en número de cesáreas. Aunque la cesárea ayuda a evitar complicaciones en partos de alto riesgo y puede salvar la vida de la madre y/o el niño en situaciones de emergencia, cada vez más personas se cuestionan la necesidad de tantas cesáreas como se realizan hoy en día. Para aclarar dudas y conceptos, conviene saber qué es una cesárea, cuándo y por qué está indicada y cuáles son sus ventajas y riesgos.

¿Qué es una cesárea?

Una cesárea es el parto que requiere incisiones en la pared abdominal y el útero de la madre para extraer al bebé. Aunque se considera una intervención segura, conlleva más riesgos que el parto vaginal, ya que en éste hay menos probabilidades de infección o sangrado severo. También, la recuperación del parto vaginal es más rápida y permite volver a casa antes. Dicho esto, las cesáreas ayudan a mujeres con partos de alto riesgo a evitar complicaciones en el quirófano y pueden salvar la vida de la madre y del bebé en situaciones de emergencia.

¿Cuándo conviene un parto por cesárea?

En general, la cesárea está indicada cuando:
• El bebé viene de nalgas y no ha sido posible colocarlo de cabeza.
• El bebé tiene determinados problemas de nacimiento (por ejemplo, espina bífida).
• La madre tiene placenta previa.
• La madre tiene algún problema médico capaz de complicar un parto vaginal o poner poner en riesgo su vida o la del bebé (por ejemplo HIV/SIDA o un herpes genital activo).
• La madre ha tenido muchos partos anteriores
• La madre ha sido objeto de cirugía abdominal previa o ya ha tenido otra cesárea en un parto anterior (aunque muchas mujeres pueden tener partos vaginales después de haber sido sometidas a cesárea).

¿Qué es una cesárea de emergencia?

Algunos partos por cesárea se realizan por emergencias de última hora, cuando se presentan complicaciones durante un parto vaginal. Eso puede ocurrir cuando:
• El parto vaginal no progresa como debería (y los medicamentos administrados no surten efecto en ese sentido).
• La placenta se ha separado demasiado pronto de la pared uterina.
• Los hombros del bebé han quedado encajados en el canal del parto.
• El cordón umbilical está comprimido (lo cual puede reducir el aporte de oxígeno al bebé) o pasa al canal de parto antes que el bebé (lo que se conoce como prolapso del cordón umbilical).
• El bebé sufre de estrés fetal: su ritmo cardíaco se reduce, no varía o es demasiado rápido o lento.
• La cabeza o el cuerpo del bebé son demasiado grandes como para poder atravesar el canal del parto (algo poco frecuente). Si tu ginecólogo u obstetra recomienda un parto por cesárea en tu caso y tú tienes dudas al respecto, no debes dudar en pedir una segunda opinión a otro especialista. En cualquier caso, escucha siempre atentamente la opinión del médico que sigue tu caso: es el que mejor conoce tus circunstancias concretas.

¿Cómo transcurre un parto por cesárea?

• Después de administrada la anestesia, el médico puede realizar bien una incisión vertical en la piel del abdomen (desde el ombligo hasta donde comienza el vello del pubis) u bien una incisión horizontal (lo que se conoce como ?corte del bikini?). A continuación atravesará los músculos del abdomen para acceder al útero, donde realizará otra incisión, que también puede ser vertical u horizontal (esta última se conoce como transversa y cicatriza más rápidamente).
• Una vez realizada la incisión uterina, el médico (o médicos) extraerá delicadamente al bebé, succionará su boca y nariz y atará y cortará el cordón umbilical. Al igual que en el parto vaginal, la madre podrá ver a su bebé inmediatamente. Luego, será atendido por las enfermeras y/o médicos.
• A continuación, el médico extraerá la placenta, suturará el útero y cerrará la incisión abdominal con puntos o grapas (generalmente ?caen• solas y no exigen ser retiradas luego).

¿Qué molestias sentiré?

• Durante el parto por cesárea no sentirás ningún dolor, aunque si sensación de presión o tirantez. La cesárea puede realizarse con anestesia general o epidural. Las cesáreas de emergencia suelen requerir anestesia general. Con la epidural, perderás las sensaciones de cintura para abajo y no sentirás dolor, pero permanecerás despierta durante el parto..

¿Qué riesgos conlleva una cesárea?

Aunque las cesáreas tienen una alta tasa de seguridad, tanto para la madre como para el bebé, conllevan los riesgos de cualquier cirugía, entre ellos:
• Incremento del sangrado (lo cual puede hacer necesaria una transfusión sanguínea).
• Mayor riesgo de infecciones (aunque generalmente se recetan antibióticos para prevenirlas).
• Posibles lesiones en el intestino o la vejiga.
• Posibles reacciones a medicamentos.
• Mayor riesgo de coágulos sanguíneos.
• Posibles lesiones y daños al bebé.

¿Cómo afecta la cesárea al bebé?

La anestesia epidural (local) puede llegar al bebé, pero el efecto es mucho menor que con la anestesia general.

Los bebés nacidos por cesárea presentan a veces problemas respiratorios debido a que no han vivido un parto que favorezca la secreción de fluido de sus pulmones. Esta situación suele mejorar espontáneamente en los dos días posteriores al nacimiento.

¿Un parto por cesárea conduce necesariamente a otra cesárea?

Depende. Muchas mujeres pueden tener un parto vaginal normal después de un parto por cesárea: en otros casos, los partos siguientes deben ser por cesárea, especialmente si la incisión del útero ha sido vertical en lugar de horizontal. Un parto por cesárea también puede dar lugar a problemas con la placenta en futuros embarazos.
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