Cómo controlar el asma durante el embarazo

Sufrir crisis asmáticas en la gestación

El asma es una enfermedad respiratoria que se caracteriza por la inflamación de las vías aéreas (bronquios). Esto provoca sensación de falta de aire (también conocida como disnea), sibilancias o pitos en el pecho cuando se respira y tos. Al ser una afección crónica, es decir, que dura de por vida, podrías sufrir alguna crisis de asma durante el embarazo si eres asmática. Por lo tanto, pueden surgirte dudas sobre lo que puedes y no puedes hacer en esta etapa y, si puedes utilizar tu medicación habitual para controlar el asma durante el embarazo. Te explicamso cómo mantener a raya las crisis y qué hacer si tienes un episodio de asma.

Asma y embarazo

Asma y embarazo

Con frecuencia, los episodios de asma son desencadenados por estímulos irritantes como pelos de animales, polvo, ejercicio, polen, infecciones respiratorias, emociones fuertes o humo del tabaco. 

Las mujeres con asma, por lo tanto, es posible que se enfrenten durante los 9 meses de embarazo a alguno de los alérgenos que causan un brote, por lo que, es no rmal preocuparse por cómo su enfermedad puede afectar a sus bebés.

Según AAFA (Ashtma and Allergy Foundation of America) aproximadamente un tercio de las mujeres embarazadas con asma verá empeorar sus síntomas de asma. Otro tercio permanecerá igual. El último tercio verá mejorar sus síntomas de asma. La mayoría de las mujeres con asma cuyos síntomas cambiaron de alguna manera durante el embarazo volverán a su condición previa al embarazo dentro de los tres meses posteriores al parto.

Por lo tanto, el primer eslabón del tratamiento consiste en identificar y evitar la exposición a dichos estímulos irritantes. Existen fármacos seguros tanto para tratar los síntomas agudos como para prevenir la inflamación de las vías aéreas durante el embarazo. 

La embarazada asmática debe seguir el tratamiento prescrito por el médico, ya que la descompensación de la enfermedad es más peligrosa para la madre y para el bebé que los efectos secundarios ocasionales que se pudieran derivar de un uso correcto de la medicación. En definitiva, es preferible tratar con los fármacos habituales como broncodilatadores o ajustar otros tratamientos a sufrir una crisis asmática que ponga en riesgo el oxígeno no solo que recibes tú, sino el que le llega al bebé.

Cuando el asma está bajo control, los ataques de asma casi nunca ocurren durante el trabajo de parto. Además, la mayoría de las mujeres con asma bien controlada pueden realizar técnicas de respiración durante el trabajo de parto sin dificultad.

Complicaciones del asma no tratado en el embarazo

El asma es una de las preocupaciones médicas más comunes que ocurren durante el embarazo. Muchas mujeres dejan de utilizar su tratamiento para el asma durante el embarazo ante el miedo de que el bebé sufra algún daño. Sin embargo, si eres asmática, consulta con tu médico el procedimiento a seguir para poder mantenerlo a raya. Y es que, las complicaciones del asma son posibles y pueden incluir:

  • Un pequeño aumento del riesgo de trabajo de parto y parto prematuro (temprano)
  • Presión arterial alta y una afección relacionada conocida como preeclampsia
  • Bajo peso al nacer (bebés que nacen con un peso inferior a 3 kilos)

En definitiva, el asma incontrolada reduce el contenido de oxígeno de su sangre. Dado que el bebé obtiene oxígeno de la sangre, esto puede provocar una disminución del oxígeno en la sangre fetal que puede afectar a su crecimiento y estado de salud. 

Existe evidencia de que mantener el asma bien controlado durante el embarazo reduce las posibilidades de muerte fetal o del recién nacido. También mejora el crecimiento fetal dentro del útero. No hay indicios de que su asma contribuya al aborto espontáneo o a una malformación congénita del feto.

El asma suele ser una afección de por vida aunque eso no significa que tú o tu hijo deban tener problemas para respirar todo el tiempo. Cuando hables con tu ginecólogo, relátale tu enfermedad, incluso aunque haga meses que no has sufrido ninguna crisis para que pueda ajustar tus medicamentos y controlar tu asma en caso de sufrir un brote.  

Cómo controlar el asma en el embarazo

- Es importante que conozcas cuáles son los alérgenos o situaciones que suelen desencadenar en tu caso en una crisis asmática. Si puedes identificar todo aquello que causa tus ataques de asma, es posible que puedas evitarlos y así no tener que tener que tratarlo con fármacos o, peor aun, tener que recibir aerosoles en el hospital si la crisis es importante.   

- Los desencadenantes comunes incluyen aire frío, ejercicio, alérgenos que inhala, como polen y caspa de mascotas, y resfriados o bronquitis. También es conveniente que te mantengas alejada de olores fuertes como perfumes, lacas, polvos de talco o humo de tabaco.  

- Si bien los alimentos y las bebidas no son desencadenantes comunes del asma, algunos pueden contener compuestos llamados sulfitos, como cerveza, vino, papas, frutos secos y camarones, que pueden empeorar el asma en algunas personas. También pueden hacerlo algunos medicamentos, como la aspirina y otros analgésicos.

- En algunas mujeres, el ejercicio físico intenso puede provocar asma, por lo que deberías evitarlo durante la gestación, pero esto no significa que no puedas realizar ningún ejercicio físico. De hecho, tener una actividad física regular es muy bueno para tu salud. Por ejemplo, caminar, hacer pilates, yoga o nadar son ejercicios que pueden mantenerte en forma y no suponen un entrenamiento físico de intensidad. 

- Además, otro de los desencadenantes del asma puede ser una enfermedad secundaria como resfriado o gripe. Las infecciones de los senos nasales  o vías altas hacen que el asma sea más difícil de controlar. Habla con tu médico sobre el tratamiento de todos tus síntomas, ya sea que estén directamente relacionados con su asma o no.

- Incluso el estrés y la ansiedad pueden empeorar el asma. Si estás pasando por un momento de alta intensidad, intenta mantener a raya el asma evitando esas situaciones estresantes. Además puedes realizar ejercicios de relajación y meditación para bajar el nivel de estrés. 

- Extrema la limpieza de la casa durante el embarazo ya que los ácaros del polvo o pequeños insectos que viven en los muebles, la ropa de cama y las alfombras pueden ser otro desencadenante. No podrás deshacerte de ellos por completo, pero puedes reducir considerablemente su número si realizas una limpieza frecuente: pasar la aspiradora con regularidad, lavar almohadas y aspirar el colchón, etc.

- El aire frío y seco puede irritar los pulmones. Cuando salgas al aire libre en los días de invierno, cúbrete la nariz y la boca con una bufanda. 

- Durante la temporada de alergias, intenta estar en el interior el mayor tiempo posible. Usa gafas de sol y mascarilla para salir a la calle, sobre todo si el nivel de polen está alto. 

¿Son seguros los medicamentos para el asma durante el embarazo?

Para el tratamiento del asma se utilizan broncodilatadores inhalados de acción corta o algunos corticoesteroides inhalados, como budesonida. Durante el embarazo, los médicos pueden considerar que algunos fármacos son mas seguros que otros, por lo tanto, consulta con tu médico antes de seguir usando los tratamientos antes del embarazo.  

Los síntomas del asma pueden empeorar, permanecer igual o mejorar durante el embarazo. Habla con tu médico para asegurarte de que aquellos que sueles utilizar son la opción correcta.

Recuerda: es mejor para ti y tu bebé mantener a raya el asma usando un medicamento que vivir crisis asmáticas en las que el bebé recibe poco oxígeno. 

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