Cómo enseñar a los niños a superar una derrota deportiva
Aprende a tranquilizar a un niño o niña que tiene miedo a perder una competición
La competición deportiva es una buena ocasión para enfrentarse a los demás y luchar por un objetivo. Pero, a veces, supone demasiada presión para el niño o la niña. ¿Cómo podemos ayudarle a controlar el estrés el día señalado? ¿Cómo hacerle comprender que también se aprende de los errores y de las derrotas? Aquí tenéis algunos consejos para enseñar a los niños a superar una derrota deportiva.
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Qué hacer si tus hijos sufren una derrota deportiva
Son muchos los niños y niñas que participan habitualmente en prácticas deportivas como fútbol, baloncesto, atletismo, karate, tenis, etc. Estas prácticas conllevan la participación en campeonatos o ligas en las que se enfrentan a otros niños de otros colegios o ciudades. O incluso muchos simplemente participan en juegos deportivos en el patio del colegio. Y, en estas situaciones, se pueden dar muy diversas casuísticas: que el equipo pierda por mucha diferencia, que se cometan errores individuales que afecten al equipo al completo o que no se tenga un buen día.
En estos casos, en los que, bien sea que el niño sienta que no ha estado bien, o que el equipo en global no ha estado a la altura, es frecuente que nazca un sentimiento de frustración y tristeza. Sin embargo, en el espíritu de la competición deportiva no solo está el aprender a ganar, sino también a prender a perder.
Para ayudar a los niños a aceptar y superar una derrota deportiva, puedes poner en práctica estos consejos:
1. Desdramatizar y restar peso a la derrota deportiva
Una competición no es una cuestión de vida o muerte. Es esencial desdramatizar el riesgo eventual de perder. Sobre todo porque, a menudo, la presión procede de los adultos. Generalmente, los niños suelen tener miedo a decepcionar a sus compañeros de equipo, a su entrenador o a sus padres.
El papel de los padres ante las prácticas deportivas de sus hijos consiste en lograr que ellos y ellas distingan entre el valor de la persona y sus resultados: perder no convierte a nadie en un inútil o un incapaz. Aunque fracasemos, seguimos siendo los mismos, nuestra valía no cambia. Hasta los mejores deportistas del mundo pierden en alguna ocasión.
2. Ayudar al niño a analizar juntos lo que ha pasado
Cuando una competición va mal y el niño fracasa en lo que creía destacar, es importante hablar con él sobre lo ocurrido, ayudarlo a analizar lo que ha pasado. ¿Estaba nervioso? ¿Cansado? ¿Le faltaba entrenamiento?
A veces, los niños tienden a acusar a los árbitros de tomar decisiones injustas. Sin embargo, hay que ayudarles a evitar que las culpas siempre recaigan en otros y a aceptar que no todo el mundo tiene un buen día o no todo el mundo lo hace bien siempre.
Hay que ayudarles a aceptar un resultado, a reconocer una mala actuación, a analizarse a sí mismos. Y a identificar lo que podrían mejorar para la próxima vez. Los adultos tienen que valorar la dificultad y la exigencia de las competiciones y no apuntar a un niño a un torneo que esté por encima de sus posibilidades.
3. Ayudar al niño o la niña a aprender de las derrotas deportivas
Hay un montón de razones por las que un niño o niña que practica un deporte puede sufrir una derrota: hay días en los que todo sale y otros en los que no sale nada, a veces el rival es más fuerte, puede que esté más cansado/a que otros días...
Pero, en otras ocasiones, la culpa está en la falta de entrenamiento, porque, como es evidente, el deporte exige un esfuerzo. En todos los casos, el niño tiene que sentir que perder no es una fatalidad y que también se aprende de las derrotas.
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Es el momento de ayudarlo a analizar lo que necesita mejorar para no encontrarse de nuevo en apuros. La idea de luchar por un objetivo puede hacer que algunos niños recuperen el placer por el esfuerzo. Es fundamental acompañarlos tanto en sus victorias como en sus derrotas.
Conclusión
Cualquier niño o niña que participe en competiciones deportivas, o incluso en juegos deportivos con otros compañeros, ha de estar preparado para aceptar la derrota. Pero, para que pueda hacerlo, es fundamental que desde los padres no se fomente la competición extrema, que se insista en que el segundo es un perdedor u otras malas lecciones deportivas similares.
Es importante fomentar la competencia sana, y sobre todo, debemos enseñar a nuestros hijos a saber ganar con deportividad y también a saber perder. Desdramatizar la derrota, analizar las causas que llevaron a perder un partido o una competición y enseñarle a aprender de esas veces en las que no se triunfa es fundamental. Una lección que los niños y niñas podrán aplicar en otros ámbitos de su vida.
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12 jul 2016 03:46 MARTINA
excelentes consejos
hace poco mi hijo Luki de 8 años perdio un torneo de taekuondo y se frusto mal, yo lo induci a que no era para tanto que hay que saber perder, que no siempre se gana que lo importante es participar, etc. pero de un lado mas conformista, no lo guie como dice el consejito a apuntarlarse para la proxima vez y luchar por sus ideales, lo aplicare
gracias y cariños
27 ago 2013 05:18 lucia
mi hijo juega tenis y le da mucho temor jugar y se enreda todo cuando juega con un niño que de antemano el sabeque juega bien. gracias