Paco Abril: la hora de ir a dormir es un momento mágico para fructificar la semilla de la lectura

Hablamos con Paco Abril, escritor y cuentacuentos, sobre la lectura en la infancia

Paco Abril es un polifacético artista, comprometido desde su más tierna infancia con la lectura y la escritura. Y es que, Abril ha escrito libros, suplementos infantiles para periódicos y ensayos, pero además, es cuentacuentos, crítico, artista plástico y director de la revista Lazarillo. En 2013 recibió el premio "M.ª Elvira Muñiz" por toda una vida en torno a la promoción y animación de la lectura.

Esta enorme experiencia le sitúa en una posición destacado para poder hablar, con conocimiento de causa, sobre el fomento de la lectura en la infancia. Paco Abril nos cuenta su experiencia y aporta unos consejos muy interesantes sobre la forma en la que podemos contribuir los padres para fomentar la lectura en nuestros hijos. 

Entrevista con Paco Abril sobre el fomento de la lectura en la infancia

¿Cuándo comenzaste a escribir y qué te impulsó a hacerlo?

Debo confesar que empecé a escribir a escondidas, con miedo, procurando que nadie me viera. Era como si estuviera dedicándome a algo oculto, prohibido o mal visto. Mi inseguridad provocaba mi temor.

A los veinte años, para poder subsistir, había conseguido un trabajo de ayudante en una empresa municipal de Gijón. Mi trabajo tenía el horroroso nombre de "calcador de planos". Cuando todos se iban a desayunar, me quedaba solo y escribía poemas, poemas que jamás me atreví a enseñar a nadie. En aquel entonces, leía y aprendía de memoria poemas de Antonio Machado y de Miguel Hernández.

En el año 1972 le propuse a un periódico local que creara una página infantil. Aceptaron y, en esa página que se llamaba El Búho, hice mis primeros pinitos literarios. Cuatro años más tarde, en 1978, me pidieron que escribiera 23 biografías de personajes asturianos para niños. Estuve seis meses yendo mañana y tarde a la biblioteca pública para prepararlo.

Mi primer libro se tituló "Famosos personajes asturianos de todos los tiempos".

Después dirigí y presenté un programa de televisión semanal en el que, al final, contaba un cuento. Realicé 84 programas.

Más tarde, seguí creando diferentes suplementos infantiles para periódicos. El que más duración y repercusión tuvo lo titulé La Oreja Verde. Se publicó sin interrupción durante 23 años, desde 1989 hasta 2012. Fue una experiencia extraordinaria, sobre todo porque los niños y las niñas podían participar escribiendo sobre los más diversos asuntos. La Oreja Verde fue mi gran escuela, el espacio que me sirvió para aprender a escribir y darme cuenta de que a escribir se aprende escribiendo y...escuchando.

Y mientras trabajaba de manera intensa en el suplemento, sacaba tiempo para contar cuentos, dar charlas, crear collages y escribir libros como "La niña de la nube", "Resdán", "Colores que se aman", "El espejo de los monstruos", "La pregunta del cuco", "Alma de papel", "Mitos de Asturias", "Reflexiones de bebés anónimos", "Los dones de los cuentos", Un asombroso animal"... 

¿Qué ha supuesto la lectura en tu vida?

Ha sido una parte importantísima de mi vida. Soy, en gran parte, lo que he leído y lo que he reflexionado sobre lo que he leído. Y son muy muy relevantes en mi experiencia lectora los centenares de cuentos que le leí a mi hijo. ¡Cuánto aprendí de sus reflexiones y de sus preguntas! Y también son muy importantes esa gran cantidad de libros que leí para darlos a conocer en las páginas de La Oreja Verde.

¿Qué libro te ha calado más que cualquier otro?

Sin duda alguna las aventuras de Guillermo Brown que empecé a leer cuando tenía 8 años. Me fascinaban las peripecias de aquel niño, de11 años. Y no leía las aventuras de Guillermo, sino que las vivía como si fuera uno más de su pandilla. Lo más curioso es que el escenario en el que sucedían sus relatos, no tenían nada que ver con el entorno en el que transcurrían mi vida de niño. Lo que hacía que me identificara con Guillermo y su pandilla era su actitud ante el mundo, su determinación, su energía, su optimismo. El mundo de la infancia, en esos prodigiosos libros, era el de la aventura en la vida cotidiana, el del descubrimiento constante: era la infancia vivida en toda su plenitud. En ese mundo, los adultos eran los únicos seres aburridos, anodinos y pesados, aunque soportables, si se sabía mantenerlos a raya, como hacía Guillermo. 

¿Qué le dirías a un niño que te dice que no le gusta leer?

Me he encontrado con muchos niños y niñas que aseguraban no gustarles leer; argumentaban, no sin motivo, que leer era un rollo, un aburrimiento. Lo primero que les decía era que no me extrañaba que dijeran eso porque los libros que les habían obligado a leer eran un peñazo. En muchas ocasiones, empecé a leerles otros libros que podían conectar con sus vivencias y sus intereses. Y en bastantes ocasiones conseguí prender su interés, pues quisieron después seguir leyendo. Me alegra saber que algunos abrieron las páginas de los libros de otra manera a partir de aquella iniciación a la lectura. 

¿Cómo pueden contribuir los padres para fomentar la lectura en sus hijos?

En primerísimo lugar, contándoles cuentos. Mi hijo, a los 5 años, me dijo una noche después de leerle un cuento que le había entusiasmado: "Cuando me cuentan cuentos me entran muchas ganas de ?saber? a leer."


Considero que el mayor fomento de la lectura se consigue cuando una madre o un padre coge en brazos a su bebé y empieza a contarle un cuento y continúa haciéndolo todos los días, sobre todo a la hora de dormir Ese es, sin duda, un momento mágico en el que mejor puede fructificar la semilla de la lectura. Los cuentos, además del don de la lectura, le regalan a quienes los escuchan otra serie de dones como el del afecto, el consuelo, la identificación, la imaginación, la palabra, el pensamiento, la empatía, la verdad, la atención... He dedicado un libro, Los dones de los cuentos, a profundizar en cada uno de estos dones. 

Háblanos de la revista Lazarillo que ahora estás dirigiendo

La revista Lazarillo, editada por la Asociación Española de Amigos del Libro Infantil y Juvenil, empezó a publicarse en el año 2000. Nació con la decidida intención de profundizar en todo lo relacionado con la literatura infantil y el fomento de la lectura.

Me ofrecieron dirigirla en pleno confinamiento, en el año 2020. Acepté con la condición de que su diseño y maquetación corrieran a cargo de la diseñadora Ana López Chicano, mi mujer. Los dos formamos el equipo inseparable de realización de la revista. También contamos con un grupo de reseñistas de libros coordinados por la escritora M.ª Camino Ochoa. En cada número damos noticia de los últimos libros publicados, casi siempre más de cincuenta, lo que supone una estupenda orientación para padres y educadores. Cada número tiene 104 páginas. Y, aparte de recomendaciones de libros, damos a conocer a relevantes creadores de la mejor literatura que se escribe para niños, tanto de ilustradores como de escritores. Nos hacemos eco de esa literatura infantil de otras épocas que siempre estará vigente, y hasta entrevistamos a inmortales personajes de ficción, como Pippy Calzaslargas o Pinocho. Aplico, para dirigir esta revista, lo que le decía el personaje más importante de la película "Cinema Paradiso" al niño protagonista: "Hagas lo que hagas, ámalo.

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