10 estrategias para ayudar a tu hijo a aceptar la llegada de un hermano
Cuando nace un hermano: el príncipe destronado
Cuando nace un hermano menor, la mayor parte de los niños reaccionan al hecho con un temor a perder el afecto de su figura principal, la persona que le sostiene afectivamente: sus padres. De cómo esté establecido ese vínculo va a depender que el niño se sienta destronado o que el niño se sienta apoyado por un miembro más de su familia.
Mar García Orgaz, psicoterapeuta familiar, nos proporciona una serie de estrategas que podemos poner en práctica para ayudar a tu hijo superar el síndrome del príncipe destronado, es decir, a aceptar la llegada de un hermano.
El vínculo del hijo único con sus padres
El niño desde que existe empieza a manifestar una serie de preferencias para vincularse: se siente más cómodo en unos brazos que en otros, con un olor u otro, con una cara u otra, con una voz u otra pero es a partir de los cuatro meses y de manera crítica entre los ocho y catorce cuando realmente se establece el vínculo afectivo con la persona que hace de figura materna.
La mayoría de las veces es la madre biológica, ya que es la que por lo general pasa más tiempo con él y suele ser la persona que se hace cargo de la crianza, pero esta figura materna la puede desarrollar igualmente otra persona: el padre, un cuidador, una abuela. Así se ha comprobado en el caso de los niños hijos de padres viudos, de madres solteras muy jóvenes, madres ausentes como en caso de las emigrantes, de madres con problemas de salud mental, hospitalizadas de larga duración... o niños de inclusa.
Esa díada afectiva: niño-figura materna se va a ir ampliando hasta una tríada en la medida que el niño vaya adquiriendo su propia noción del "yo", de personilla diferente a otra. Esto ocurre cuando empieza a reconocerse en el espejo, y coincide con los avances en autonomía de desplazamiento, con la posición de pie, con la marcha.
Más o menos cuando empieza a andar, empieza a incluir a una segunda persona, entonces se habla de la tríada, dos más el niño. Es cuando el niño si está malito se consuela con dos personas igualmente, si se asusta se dirige a las dos, es capaz de calmarse, de dormirse, de bañarse, de comer con la misma placidez con dos personas diferentes.
El paso de la díada a la triada va a depender del vínculo que haga el niño con la figura principal vincular (materna) y del que haga esta con el niño. Si en la figura materna prima la ansiedad, bien por miedo a perder esa unión exclusiva, o por no poder confiar en otra persona para compartir funciones, o por no tener sintonía o acuerdo sobre cómo realizar la crianza va a ser difícil ese paso de dos a tres y va a permanecer mucho tiempo el niño muy apegado a la madre o figura materna.
También va a ser difícil en el caso de que el niño haya sufrido un abandono (como en el caso de un niño dado en adopción a una edad crítica vincular), muchos cambios en la figura con la que tiene el vínculo o si tiene una madre ausente (una madre depresiva, delegadora, trabajando fuera...)
Si la madre ha incluído de manera eficaz a otra persona en la crianza, sí puede compartir tareas de esta con tranquilidad, va a ser más fácil que el niño se acomode a la nueva situación del nacimiento de un hermano. ¿Cómo hacer esto posible?
El príncipe destronado: cómo ayudarle ante la llegada de un hermano
1. Es importante preparar al niño para el nacimiento de un hermanito, hablarle de lo positivo y lo negativo del nuevo ser que vendrá a la familia. Hablarle de la suerte de poder compartir su cuarto, sus miedos, sus juegos, sus fantasías, sus secretos con otra persona. Que va a ser uno de los compañeros más importantes en su vida, hermano de sus hermanos, sobrino de sus tíos y nieto de sus abuelos. Va a tener una persona a quien parecerse, y por ello probablemente le va a entender mejor que otros. Además va a ser una persona a quien va a poder cuidar, enseñar y querer. Como todo bebé va a necesitar un tiempo para calmarse y no llorar por hambre, sueño u otro malestar. Y que como todas las personas a las que queremos nos va a dar un poco de trabajo porque vamos a estar pendientes.
2. Al niño le ayuda a admitir a su nuevo hermanito que le recordemos cuando él era bebé e indefenso y necesitaba de muchos cuidados de su familia. Por lo que ahora le vamos a pedir ayuda a él para cuidarle, mimarle y enseñarle. Dejándole claro que hay veces que le va a apetecer estar solito y también se lo vais a permitir. Y que como mayor podrá tener privilegios también.
3. Un buen ejercicio para que el niño vaya aceptando en la familia al nuevo hermanito es antes de nacer, jugar a imaginárselo. Visualizar si va a ser parecido o no a él, etc
4. Cuando nazca, llamarle para contárselo, porque él es muy importante para el hermano que acaba de nacer. El ir a verlo cuanto antes ayuda a disipar posibles miedoso fantasías de abandono.
5. Cuando venga la gente a conocer al nuevo hermanito, vamos a anticiparles que saluden primero al mayor .Funciona dirigirse al niño para que sea él el que presente y enseñe a su hermano. Porque de esta manera le estamos incluyendo en el encuentro.
6. Esforzarse en prestar más atención al niño cuando está tranquilo y disfrutando de sus cosas y hacerle saber que os gusta verle disfrutar colaborando con el hermano.
7. Procurar no dividirse a la hora de atender a los hijos sino que aprendan desde pequeños a compartir.
8. Hay muchos cuentos que tratan de celos fraternales. Puede ser un buen momento para leerlos y hablar de sentimientos comunes y universales. No censurar los sentimientos sino las acciones en que pueden desembocar estas emociones. Se puede permitir sentirse celoso pero no dar un empujón a su hermano por este sentimiento.
9. Enseñarle a disfrutar con los regalos que le hacen a su hermano. Enfocarlo como un regalo de bienvenida al mundo, como una muestra de alegría y cariño al nuevo miembro de la familia. No es necesario que el niño reciba otro regalo porque él no es el protagonista, es la familia.
10. Si el niño se encuentra inapetente, mimoso, con sueño alterado, distante con la madre es normal. Está enfrentándose a la nueva situación como puede. En cualquier caso un hermano es un apoyo y un camino para aprender a tolerar la frustración.
Mar García Orgaz
Psicoterapeuta familiar
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