¿Debemos obligar a los niños a compartir?

Lo que opinan los expertos

 Compartir es una de las primeras lecciones de socialización que los niños aprenden en su vida. Sin embargo, surge un debate común entre padres y educadores: ¿debemos obligar a los niños a compartir? Algunos psicólogos ven esta virtud como un problema que debemos saber manejar con cuidado.

Obligar a los niños a compaartir

¿Debemos obligar a los niños a compartir sus cosas?

1. La importancia de compartir

Compartir es una habilidad social esencial que fomenta la empatía, la generosidad y la cooperación. Desde temprana edad, los niños que aprenden a compartir tienden a desarrollar mejores habilidades para relacionarse con los demás, lo que puede traducirse en relaciones más saludables y satisfactorias a lo largo de su vida. Compartir también ayuda a los niños a comprender la importancia de la reciprocidad y la justicia, valores fundamentales en cualquier sociedad.

2. Entonces, ¿Por qué no debemos obligar a los niños a compartir?

Aunque enseñar a los niños a compartir es fundamental, obligar a los niños a hacerlo puede tener efectos negativos. Forzar el acto de compartir puede generar resentimiento y resistencia en los niños, llevándolos a asociar la acción con una experiencia negativa. Además, cuando los niños son obligados a compartir, es posible que no lleguen a entender el verdadero valor detrás del acto, sino que simplemente lo hagan para evitar el castigo o complacer a los adultos.

3. El desarrollo de la autonomía y el sentido de propiedad

Es crucial reconocer que los niños, especialmente los más pequeños, están en un proceso constante de desarrollo de su autonomíay sentido de propiedad. Para ellos, los objetos pueden tener un significado especial, y obligarlos a compartir puede ser percibido como una invasión a su espacio personal. Permitir que los niños decidan cuándo y cómo compartir refuerza su sentido de control y autonomía, aspectos vitales para su desarrollo emocional y psicológico.

4. Alternativas para enseñar a compartir sin coerción

En lugar de obligar, es más efectivo servir de modelo y guiar a los niños hacia el comportamiento deseado. Aquí hay algunas estrategias:

  • Seguir modelos de comportamiento

Los niños aprenden observando a los adultos. Si los padres y educadores demuestran comportamientos de compartir de manera natural y positiva, los niños tienden a imitar estas acciones. Por ejemplo, los padres pueden comentar en voz alta sobre cómo comparten con los demás y cómo esto hace sentir bien a todos los involucrados.

  • Fomentar el turno y la cooperación

En lugar de forzar a compartir, enseñar a los niños a turnarse puede ser una estrategia más efectiva. Esto no solo promueve el compartir, sino también la pacienciay la equidad. Juegos y actividades que requieran cooperación y turnos son excelentes herramientas para inculcar estos valores.

  • Reforzamiento positivo

Elogiar y reforzar positivamente cuando un niño decide compartir por su cuenta es una forma poderosa de fomentar este comportamiento. Los comentarios positivos y el reconocimiento pueden motivar a los niños a repetir el acto de compartir, entendiendo su valor de manera intrínseca.

5. La importancia del contexto

Es esencial considerar el contexto y la edad del niño. Los niños más pequeños, como los de dos o tres años, están en una etapa de desarrollo en la que están aprendiendo sobre la propiedad y el control. Esperar que estos niños compartan todo el tiempo no es realista ni beneficioso. A medida que los niños crecen y maduran, su capacidad para entender y practicar el compartir también se desarrolla.

6. Enseñar a resolver conflictos

En lugar de intervenir inmediatamente cuando surge un conflicto sobre compartir, los padres y educadores pueden guiar a los niños para que resuelvan sus problemas de manera autónoma. Esto incluye enseñarles habilidades de comunicación y negociación, que son cruciales para su desarrollo social. Preguntas como "¿Qué crees que podemos hacer para que ambos estéis contentos?" pueden fomentar el pensamiento crítico y la empatía.

7. Crear oportunidades para compartir

En vez de obligar a los niños a compartir puedes organizar actividades y juegos que requieran compartir y cooperación.Esto puede ayudar a los niños a practicar estas habilidades en un entorno controlado y positivo. Por ejemplo, actividades como construir algo juntos o jugar con materiales que deben ser compartidos promueven la interacción y el aprendizaje conjunto.

8. Consideraciones culturales

Es importante tener en cuenta que las expectativas y prácticas relacionadas con compartir pueden variar significativamente entre diferentes culturas. Algunas culturas valoran más el individualismo, mientras que otras enfatizan la colectividad y la cooperación desde una edad temprana. Comprender estas diferencias culturales puede ayudar a los padres y educadores a adaptar sus enfoques de manera más efectiva.

Enseñar a los niños a compartir es una parte esencial de su desarrollo social, pero obligarlos a hacerlo puede ser contraproducente. En lugar de forzar el comportamiento, es más beneficioso para su desarrollo a largo plazo permitirles aprender el valor de compartir a través del ejemplo, el refuerzo positivo y la guía para resolver conflictos. Al crear un entorno que fomente la empatía, la cooperación y el respeto por la propiedad ajena, ayudamos a los niños a internalizar el acto de compartir como una parte natural y gratificante de sus interacciones sociales.

El desafío es encontrar el equilibrio adecuado entre promover la generosidad y respetar el desarrollo individual de cada niño. Con paciencia y estrategias adecuadas, podemos enseñar a los niños a compartir de manera que comprendan y valoren el acto, llevándolos a convertirse en adultos generosos y considerados.

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