16 dictados con la letra G para niños. Ejercicios para mejorar la ortografía

Divertidos textos para practicar la escritura y aprender las reglas ortográficas de la letra G

Hacer dictados dictados es un ejercicio muy útil para los niños. Son fundamentales para para aprender a escribir bien, reconocer las faltas de ortografía y conocer esas palabras en las que se ha fallado.

Sin embargo, no será tan útil si simplemente le decimos al niño que copie un texto y lo revise, para que la actividad sea productiva es importante que el texto le resulte divertido o ameno, debe repasar el texto una vez finalizado para realizar las correcciones oportunas y, finalmente, debe autoevaluarse con el texto original delante. 

Para ayudar a tus hijos o tus alumnos a mejorar la ortografía, hemos recogido una serie de dictados con la letra g para niños. 

Dictados con la letra G para niños

Dictados cortos con la letra G para niños

Antes de comenzar, repasemos las reglas de la letra G: se escriben con g, todos los verbos terminados en ger o gir, excepto tejer y crujir. También se escriben con g las palabras que empiezan por geo, gen, gem o gest. 

1. La tortuga se dirigía lentamente hacia el mar para iniciar un largo viaje por el océano.

2. El rey lagarto tenía muy mal genio, gritaba siempre que el príncipe sapo le ganaba a las cartas.

3. El abuelo Guillermo era muy gruñón, pero siempre sonreía cuando Gabriela guisaba garbanzos.

4. El grillo Gustavo guarda grosellas en garrafas.

5. Puso la gallina un huevo tan grande que el gallo comenzó a cantar para avisar a los animales de la granja.

6. La gorra estaba conlgada en el gancho de la puerta, pero los guantes estaban en el bolsillo de la gabardina.

7. La abuela Gema hace ganchillo mientras Gael garabatea en su cuaderno granate.

8. La grulla Graciela era muy trabajadora, pero el ganso Genaro era un gandul.

9. El glaciar comenzó a descongelarse, aquel era un hecho muy grave, un desastre gigantesco.

10. La gente comenzó a poner geranios en las ventanas. Pero al regarlas, goteaban sobre el tejado de Gregorio, que paraba de quejarse.  

Dictados con la letra G para niños

11. Aquel día comenzaron las rebajas y la tienda se llenó enseguida de gente. Gerardo eligió un jersey, Gema, unos gemelos para su marido y yo una bufanda tejida a mano. Gustavo cogió un gorro y preguntó a la dependienta si encogía al lavarlo, pero con tanto bullicio no le escuchaba bien y tuvo que comunicarse con gestos

12. El guanaco es un mamífero muy interesante. Vive en Argentina, Uruguay, Brasil, Perú y Paraguay. Su cabeza es pequeña con largas orejas puntiagudas y tiene un doble pelaje que lo protege del frío. Su cuello es largo y tiene unas patas muy ágiles. Su gestación dura once meses y posee una gran capacidad para digerir cualquier tipo de vegetación.

13. Mis amigos y yo fuimos el jueves a pasar el día al campo. Vimos un agujero lleno de hormigas, una familia de gusanos que estaba siendo acechada por unos pájaros hambrientos, un gato de largos bigotes  e incluso un lagarto que corría hacia el follaje. Aquel día comimos frente a la hoguera y contamos historias al calor del fuego, mientras Juan tocaba la guitarra.

14. Gabriela estaba feliz, su pequeña semilla había crecido hasta convertirse en un gigantesco girasol. Le echaba agua cada tres días y lucía genial. Le encantaba mirarlo. Sin embargo, el gamberro de su hermano Gerardo, le gastó una broma, guardó el girasol en el guardarropa antes de que Gabriela llegara. La niña, al no encontrar su planta, comenzó a gimotear, estaba gravemente disgustada. Gerardo se apiadó y confesó con guasa que solo era una broma. Gabriela juró vengarse de él.

15. A Gus le encantaba leer el cuento del hombre de jengibre. Aquella galleta que corría alegre por los campos huyendo de gatos, golondrinas y perros. Le gustaba leerlo al menos, una vez al mes, excepto en agosto, que se iba a la playa y se olvidaba de los libros. Pero desde que lee ese cuento, no ha vuelto a comer galletas, prefiere las tartas de grosella. No puede parar de imaginar que las galletas van a cobrar vida, por lo que prefiere guardarlas por si de ellas surgieran hombrecillos de jengibre.

16. Érase una vez, un pequeño pueblo de casas granates coronadas por un gran molino rojo, situadas en un golfo junto al mar. Este molino era mágico, tenía dos muelas de granito que podían hacer aparecer cualquier cosa que el molinero pidiera. Solo tenía que gritar las palabras mágicas: Muele, molino, muele y haz aparecer una gigantesca gema preciosa, que yo lo pueda ver. 

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