Los beneficios de la risa para los niños

Las ventajar de reír para los bebés y niños

La risa es una señal de buena salud psíquica y física para niños y mayores. A medida que crecen, el sentido del humor reflejará también una madurez mental y reforzará los lazos sociales. La risa hay que practicarla, fomentarla y disfrutarla.

Todos comenzamos a reírnos desde edades muy tempranas. Primero se esbozan sonrisas de forma refleja. Luego, en respuesta a las personas que se acercan sonrientes haciendo cucamonas y emitiendo simpáticas sonrisas.

La risa en familia

Beneficios del humor en familia

Más tarde, se aprende que, cuando se sonríe, se es más querido por los familiares y personas circundantes. Y así se continúa riendo con compañeros y amigos, hasta llegar a la edad adulta... y mucho más. Vamos comprobando a lo largo de la vida que ese gesto de la boca, acompañado de un guiño de ojos y un brillo especial en las caras, va abriendo las puertas de la amistad y nos dice que estamos vivos. Las personas que se ríen juntas están más cercanas.

Existe abundante bibliografía sobre el impacto que tiene la risa en la salud física, mental y emocional, ya que estimula el sistema inmunológico, respiratorio, muscular, digestivo, cardiovascular, neurovegetativo, hormonal...

Pero además nos llena de optimismo y ganas de vivir. Nos permite expresar las emociones y la felicidad, disminuye las tensiones y fomenta las relaciones interpersonales en un ambiente positivo y cordial.

La risa tiene un componente genético, pero la influencia del ambiente es decisiva. Los padres son las figuras más importantes en la vida de los niños, por lo menos al principio. Al verlos reír, se hacen susceptibles al humor, y reírse juntos deja huellas indelebles en la relación padres-hijos.

Cuando el niño se ríe, quiere decir que tiene confianza. Cuando se ríe a carcajadas, pierde sus reparos y se abandona. Hay muchas buenas razones para que los padres liberen el payaso que hay en su interior. Pero cada niño tiene su propio sentido del humor, en función de su edad, de su medio ambiente, de su historia. Y cada uno le dará las claves de su humor a sus padres... si son escuchados.

Reír significa liberar, compartir, y esto no siempre es fácil. Desgraciadamente se está más acostumbrado a reprimir que a distender, se ejercita más el control que la espontaneidad. A los padres les resulta bastante fácil hacer reír a su bebé, pero a medida que crece, bajo el peso de la responsabilidad de la educación, pueden correr el riesgo de irse alejando del buen humor y centrarse en superar las dificultades y en corregir los errores.


El humor es tan necesario en la vida familiar como los límites o los valores. Es la forma de humanizar las asperezas y los conflictos, es la forma de reconducir ciertas situaciones sin sobredimensionarlas.

De la primera sonrisa al humor más refinado, existe una evolución muy gradual. Desde la primera imitación, el niño llegará al humor adulto a medida que vaya superando etapas. No podrá reírse de sí mismo si no se ha reído antes del otro. Ni podrá entender la ironía si no tiene un buen dominio del lenguaje. Pero, en general, a niños y adultos los hacen reír las mismas cosas, aunque con diferentes grados de elaboración: el absurdo, lo inesperado, el contraste, la exageración y... el alivio.

Virginia González Psicóloga y profesora de Educación Infantil

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