Los trucos de mamá

Todos los padres nos vamos enfrentando con diferentes situaciones que ponen a prueba nuestra imaginación.

Nos volvemos más astutos casi sin darnos cuenta y es que, si lo pensamos a fondo, encontramos miles de ideas y trucos que ponemos en práctica cuando nuestros hijos están enfermos, no quieren comer, hay que cortarles las uñas o les da miedo ir al médico.

Mis trucos son muy básicos pero ayudan a que las cosas del día a día sean más fáciles. Uno de ellos lo utilizo cuando tengo que cortarle el pelo: le pongo su DVD favorito para que se quede quieto, un babero grande como capa y poquito a poco le voy metiendo la tijera (siempre de punta redonda por si hace algún movimiento brusco).

El baño es un momento único para cortarle las uñas de manos y pies: están blanditas y cuesta menos; además, el niño está entretenido con sus juguetes y, sobre todo…¡no se puede escapar!

Cuando termino de bañarle, el ritual es siempre el mismo: mi marido le da la crema y le viste intentando que él participe. ¿Cómo? Preguntándole si sabe dónde se pone el calcetín, qué debe hacer con la crema… Y así mi marido sigue las eficaces indicaciones del pequeñajo, que va señalando con su dedito. Finalmente, recogen los dos todo, y llega el momento de la cena.

Para evitar que rechace alimentos tan poco apetitosos para los niños como el pescado o las verduras, le hago partícipe del momento de la comida, cortándosela en trocitos pequeños y dándole su propio tenedor para que coma “como los mayores”, de momento funciona… Al final no queda nada en el plato.

El momento de subir a Jorge en el coche era un suplicio, cuando se veía atado e inmóvil, liaba una trifulca tremenda y, si había tráfico en el camino, era para volverse loca. Hasta que un día, mi marido compró el CD de Duffy que le encanta. Cada vez que sube al coche repite: «apí, apí» para que le pongamos la música y va el resto del camino tranquilo.
Si por alguna razón se altera, recurrimos al Plan B: decirle que, cuando lleguemos, va a conducir, le divierte muchísimo sentarse en la parte delantera y tocar todos los botones. ¿Tampoco funciona? Plan C: pedirle que busque el logotipo de Metro, sólo tiene año y medio, pero lo localiza a distancia esté donde esté al grito de: «ahí tá».

Otra mamá me comentó el truco de ponerle un trozo de cebolla bajo la cuna cuando no pueden respirar bien y, con el último catarro, surtió efecto, junto con el humidificador y las medicinas oportunas, claro está. Pero el niño pudo descansar.

¿Qué trucos utilizáis vosotros?

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