Juguetes

Me parece buena idea que Jorge juegue con todo tipo de juguetes, aunque sean para niñas

Muchas veces los padres nos quebramos la cabeza para comprarles el mejor juguete a nuestros hijos: aquel que estimule su inteligencia, le ayude a aprender, le entretenga y no sea peligroso. Sin embargo, finalmente acaban jugando con una botella de plástico llena de garbanzos o un teléfono antiguo.

Nuestro bolsillo en ocasiones se ve resentido para que los niños tengan ese juguete que les ha llenado los ojos al salir en un anuncio de televisión y que luego termina en un rincón de la habitación cogiendo polvo. Incluso, a veces, pensamos por ellos y decidimos que a los niños se les regalan coches y a las niñas muñecas.

Pues yo soy una de esas madres que cuando fue niña prefería jugar con el scalextric de mi hermano o su castillo medieval, y cada Navidad, le decía a mi madre: «Mamá, mi hermano me ha dicho que quiere volante de conducir», porque si lo pedía yo iba a parecer un chicazo. Nunca me gustaron las muñecas… bueno, sí… me encantaba la cabeza gigante de Nancy para cortarle el pelo, pero eso forma parte de un hobby muy mío (todas mis amigas han pasado por mis manos de peluquera aficionada).

Pues este año, Papá Noel le trajo a Jorge un carrito de paseo, un bebé y un biberón de lo más cursi: rosa chicle desde las ruedas de la silla hasta el gorrito del bebé. Y, además de jugar con sus construcciones, sus coches y la pelota (que también los tiene), se lo pasa bomba cambiando los pañales al bebé, acostándole o paseándole por toda la casa. Supongo que cuando vaya creciendo, los niños van dejando de lado estos juguetes “femeninos”, para evitar las risas de otros niños, que en el fondo, también quitaron los juguetes a sus hermanas o los pidieron a los Reyes Magos.

Pero a las madres, o por lo menos, a mi personalmente, me parece buena idea que juegue con todo tipo de juguetes (siempre que no sean violentos o peligrosos, entendedme) ya sean tradicionales de chicos o de chicas. Y, me troncho de risa cuando se pone el dedito en la boca para decirme que hable más bajito porque su bebé está durmiendo.

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