¿Por qué llora cuando va al médico?

De un tiempo a esta parte, tu bebé manifiesta alto y claro su descontento cuando lo llevas al pediatra. Parece aterrorizado.

Hasta hace poco, todo iba sobre ruedas y te sentías orgullosa de tu pequeño, que siempre estaba relajado. Ahora, tu bebé llora en cuanto lo acuestan en la mesa de examen. ¿Qué le pasa? Hay varias posibilidades.

Llora porque no soporta que lo tumben boca arriba

A partir de los 6 ó 7 meses, tu bebé se convierte en un maestro en el arte de darse la vuelta para pasar de la posición dorsal a la posición ventral. Es un aprendizaje que aprovecha para observar mejor el mundo que le rodea. No es de sorprender que no le guste que lo obliguen a estar tumbado de espaldas mientras el médico le palpa el vientre o le estira para medirlo. Se siente frustrado e impotente y lo manifiesta gritando a todo pulmón.

Qué debes hacer

No mucho, salvo abreviar la prueba. Cuando lo lleves al médico, vístelo con ropa fácil de poner y quitar. Quédate a su lado para calmarlo con una caricia, pero, sobre todo, espera a que vuelva a estar en tu regazo para hacer todas las preguntas que tantas ganas tienes de plantear.

Tiene miedo de los desconocidos

Este cambio de actitud también es reflejo de una etapa en el desarrollo psicomotor de tu bebé, entorno a los 8 meses. Tu pequeño que hasta hace poco pasaba de mano en mano balbuceando, ya no quiere saber nada de las personas que no conoce. Ese miedo al extraño está asociado al miedo a la separación. Solo se siente totalmente seguro en tu presencia. Que un desconocido lo examine y que encima lo obligue a abrir la boca para ver la garganta, ya es demasiado. Tu bebé llora, pero se calma en cuanto vuelve a estar en tus brazos.

Qué debes hacer

Confía en la experiencia de tu pediatra que hace todo lo posible para calmar a tu bebé: lo acuesta con cuidado, le habla sonriendo, atrae su mirada hacia un juguetito y lleva a cabo la revisión rápidamente. En cuanto termina, una caricia: ¡es el mejor remedio!

Necesita sentirse confiado

Lo van a vacunar y tú tienes miedo de que le hagan daño. O tiene mucha fiebre y temes el diagnóstico. Tu bebé comparte ese estrés comunicativo y lo manifiesta quejándose ya en la sala de espera.

Qué debes hacer

• ¡Desdramatizar! Algunas actuaciones médicas, como la vacunación, son desagradables, pero también indispensables.
• Pide al médico que le recete un parche de anestesia que se coloca una hora antes de la visita.
• Escoge bien al especialista para que puedas confiar en él. Tu bebé tiene que sentir que te sumas a las decisiones adoptadas por el médico en aras de su buena salud. Ya verás: en cuanto cumpla los 2 años, tu hijo volverá a sonreír cuando vaya a visitar a su pediatra, al que ya conocerá bien.

Elisabeth Tzimakas con la colaboración de Patrick Casin, pediatra