Trucos para ayudar al bebé a aprender a andar

Sigue estos consejos en cada etapa para acompañar los primeros pasos del bebé

Los primeros pasos de un bebé son uno de los momentos más emocionantes para cualquier familia. Después de meses de gateo y de intentos por mantenerse en pie, llega la etapa en la que el pequeño empieza a descubrir el mundo desde una nueva perspectiva. Sin embargo, aprender a andar no es algo que ocurra de la noche a la mañana; es un proceso que requiere tiempo, práctica y mucha paciencia. Cada bebé tiene su propio ritmo y, aunque algunos caminan antes del año, otros pueden tardar más sin que esto sea motivo de preocupación. Como padres, podemos ayudar a fortalecer sus músculos, estimular su equilibrio y motivarlo de forma segura para que gane confianza en cada intento.

Te damos algunos trucos sencillos y efectivos para acompañar a tu bebé en esta etapa clave de su desarrollo, siempre respetando su propio proceso y fomentando un aprendizaje natural y divertido.

Trucos para ayudar al bebé a andar solo

1. Proteger al bebé en sus primeras tentativas de andar

¡Arriba! Tu peque se levanta agarrándose a la mesa y descubre el mundo desde otra perspectiva. Descalzo, para experimentar el máximo de sensaciones, se desplaza por el borde del mueble, siempre bien agarrado: es la época del cabotaje. En esta fase, no hay que intervenir directamente forzando al niño a mantenerse en pie. Solo necesita que le des confianza con tu presencia. También es indispensable proteger su entorno suprimiendo los obstáculos y elementos peligrosos que pudiera encontrar.

2. Estimúlale con habilidad

Para coger su peluche, tu bebé suelta una mano, prescindiendo así de uno de sus apoyos. Es un progreso que te encantaría alentar con bravos y aplausos. Sin embargo, es mejor no pasarse. No sitúes a tu hijo en una lógica de desempeño que le llevaría a sobrepasar sus límites. Compartir su alegría con sonrisas o un comentario tierno es suficiente. En todo caso, intenta suscitar la curiosidad de tu hijo con habilidad, colocando un objeto atractivo a su alcance.

3. Transmítele confianza en sus primeros pasos

¿Está ansioso por explorar los rincones de la habitación? Basta con una mano en la espalda o detrás de la cabeza para mantener el contacto con él. Si se lanza, es que está listo. Si no, ten paciencia. En todo caso, no es aconsejable sujetarle las manos, con los brazos en el aire, para hacerlo avanzar. Esa postura fuerza las articulaciones de tu hijo y le transmite sensaciones engañosas en una posición desequilibrada.

4. Imponte como un punto de referencia

Tu aprendiz de caminante se lanza hacia ti... que le tiendes las manos sonriendo. Echarse en tus brazos es divertido y tierno a la vez. Pero, sobre todo, no juegues a retroceder en el momento que avanza hacia ti. Es un reflejo tentador para animarlo a superarse, pero que puede malograr el proceso que está en marcha y dañar el lazo que os une.

5. Deja que experimente en todos los terrenos

Cuando tu hijo se sienta preparado y te de luz verde (unos seis meses después de sus primeros pasos), puedes organizar un verdadero circuito para recorrerlo con él. Caminad sobre un colchón, por la arena, por la hierba, por las baldosas... Así descubrirá otras sensaciones que le ayudarán a desarrollar nuevas competencias motrices.

¿Y si da "marcha atrás"?

Ya camina, estás segura porque le has visto hacerlo. Sin embargo, desde hace unos días, tu hijo está otra vez a cuatro patas o agarrado a todo lo que encuentra. No te preocupes, es solo una etapa intermedia que le permite afianzar lo que aún no había aprendido bien. Por ejemplo, si no había experimentado el gateo, es el momento de conocer ese modo de desplazarse, muy formador para el desarrollo de la coordinación. Ese retroceso también puede ser debido a que ha cogido miedo al empezar a aprender a caminar. Entonces necesita tiempo para coger confianza y retomar la actividad con buen pie. En todo caso, no se trata de una regresión y es mejor que no le manifiestes tu decepción porque podría perder confianza en sí mismo. Déjalo a su aire, en los días siguientes, volverá a ponerse de pie y caminará.

 

Sophie Viguier-Vinson con la colaboración de Yannick Thomas, especialista en psicomotricidad

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