El desarrollo motor del bebé de 23 meses

A punto de cumplir los 2 años, el niño ya anda, corre, salta, baila... ¡es un torbellino! Al mismo tiempo empieza a trabajar su motricidad fina manipulando objetos pequeños con sus deditos.

El desarrollo de la motricidad gruesa

A esta edad, el niño ya tiene un buen equilibrio y camina erguido, sin balancearse. Es capaz de correr, saltar ?incluso con los dos pies-, bailar, ponerse de puntillas y girarse o inclinarse para recoger un objeto. También puede dar patadas a una pelota ?aunque sin dirigirla aun punto determinado-, trepar, subirse a una silla, subir y bajar escaleras... ¡Ya es un experto en las habilidades motoras gruesas!

El desarrollo de la motricidad fina

Tu pequeño tiene las muñecas más flexibles, lo que le permite manipular mejor los objetos. Ya es capaz de construir torres de 5 a 7 cubos, coger una taza para beber o sujetar la cuchara.

Probablemente pueda vestirse solo, si las prendas no son demasiado complicadas. Puede ponerse unos pantalones con goma en la cintura, camisetas sin botones y zapatos con velcro. Aún es pronto para que sepa abrocharse los botones, pero seguro que lo intenta.

También sabe lavarse las manos, comer solo sin mancharse demasiado, pasar las páginas de un libro, abrir y cerrar puertas, ensartar cuentas, desenroscar una tapadera y doblar un papel por imitación.

A esta edad, empieza a hacer garabatos, cogiendo el lápiz con toda la mano. También disfruta mucho jugando con la plastilina. Gracias al desarrollo de su motricidad fina, verás que tu hijo muestra preferencia por una de las dos manos y sabrás si es zurdo o diestro.