¿Cuándo empezará a gatear?

¿Tu bebé está a punto de cumplir los 10 meses y todavía no gatea? No te preocupes, pronto comenzará a andar, como todos los niños de su edad.

Tu pequeño empieza a explorar su espacio: pivota sobre sí mismo arrastrándose y se agarra a los bordes de su parque o a los objetos grandes que le rodean. Poco a poco, va a ir aprendiendo a ponerse de pie apoyándose en las manos e intentará desplazarse.

¿El gateo es una etapa indispensable?

El gateo es una etapa importante para su desarrollo psicomotor y su autonomía, pero no es una etapa obligatoria para aprender a caminar. Solo es necesario que tu hijo permanezca activo y continúe descubriendo el potencial que le ofrece su cuerpo. Si trepa, se agarra a los barrotes de su parque y se arrastra, ya está sintiendo el peso de su cuerpo y explorará el mundo a su manera. ¡Cada niño escoge su propio camino!

¿Por qué algunos bebés se saltan el gateo?

La postura acostada del recién nacido durante los tres primeros meses es determinante para su desarrollo motor. Es recomendable tumbar de espaldas al bebé por motivos de seguridad. Sin embargo, esa postura no le permite tomar conciencia inmediata de sus miembros y del papel de la fuerza de gravedad y eso frena su deseo de movimiento. Los investigadores han observado que desde que acostamos a los bebés de espaldas, estos empiezan a gatear un mes más tarde.

El cuerpo del niño tiene que ejercitarse para formarse. Si un bebé no tiene espacio suficiente para moverse, no mostrará curiosidad ni ganas de desplazarse y no podrá desarrollarse ni ejercitar sus extremidades.

¿Cómo motivarle para que gatee?

• Déjale avanzar a su ritmo. Intentar enseñarle a gatear no tiene sentido. Tiene que ser el propio bebé el que descubra por sí mismo sus capacidades motrices. A base de intentos, reforzará sus músculos y su cuerpo descubrirá los secretos del equilibrio, la coordinación, etc. Durante los primeros meses, colócalo sobre una alfombra de estimulación tumbado de espaldas, para que intente bascular sobre el vientre.
  
  
• Ofrécele estímulos para que gatee. Colócale objetos que le gustan de manera que se vea obligado a pivotar para cogerlos. Abre su parque y su horizonte. Dale motivos para que salga a buscar juguetes al exterior. Alarga las distancias para que pueda adivinar los tesoros que puede conquistar. Felicítale cuando haga progresos. Los esfuerzos que hace van encaminados en parte a recibir tu aplauso y captar tu atención.
  
  
• Ofrécele seguridad. La edad del gateo es una etapa importante en la formación de su autonomía. Tu pequeño aventurero va a descubrir el universo que le rodea y va a aprender que este mundo fascinante está lleno de peligros potenciales y, por lo tanto, de prohibiciones. ¡Estate atenta! No dejes objetos peligrosos por el suelo, al alcance de su mano. Tapa las tomas de corriente y restringe el acceso a las escaleras.

Cada cual su técnica

A los más pequeños no les falta creatividad a la hora de personalizar su descubrimiento del mundo a cuatro patas. Cualquiera que sea la opción, todos esos briboncetes corren a toda velocidad hacia su tesoro.

• Hay "cangrejitos" que saben cómo coordinar los movimientos, pero en posición lateral, y por eso avanzan de lado.
• Los pequeños "nadadores" progresan marcha atrás con los reflejos de la natación del recién nacido. Así se alejan del objeto deseado.
• Los "hipertónicos" mantienen las piernas rígidas y avanza con las manos y las puntas de los pies.
• Y los "cojitos" mantienen las manos en el suelo, una rodilla en tierra y la otra estirada para propulsarse.

Noémie Colomb con la colaboración de Laurence Vaivre-Douret, catedrática de psicología del desarrollo, neuropsicóloga clínica y especialista en psicomotricidad.
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