Cómo descubre el mundo tu bebé
Así es como se desarrollan sus sentidos.
Tocas tres notas y tu bebé agudiza el oído, le das un sonajero y se lo lleva a la boca. Tu pequeño no está dispuesto a perderse ni un ápice de este mundo sensacional.
Todo pasa por la boca
Durante el primer año, el bebé descubre su entorno succionando, chupando, mordisqueando y olisqueando: ¡todo es alimento! Es como si introdujera el mundo en su interior en un proceso llamado "la incorporación". En esta fase de exploración oral intervienen el gusto y el olfato.
Tu bebé atrapa todo lo que se le pone a la altura de los labios: tu pecho, el chupete, sus dedos. Hacia los 3 meses, empieza a coger objetos y su primer reflejo es llevárselos a la boca. A partir de los 7 meses, le encanta chuparse los pulgares: así se forma una idea de su propio cuerpo.
Los olores también son esenciales. A ti te identifica en primer lugar por el olfato. A partir de la segunda semana, ya reconoce tu perfume.
Los oídos bien abiertos
Tu hijo oye muy bien desde que nace, y no es de extrañar: lleva entrenándose desde la séptima semana de vida intrauterina. De hecho, hasta el noveno mes, reacciona más a los sonidos que a la visión.
Enséñale un objeto de color con una mano y un objeto que hace ruido con la otra: verás que vuelve la cabeza hacia el ruido. Más adelante, la tendencia se invertirá y lo visual tomará la delantera.
Tu pequeño está sumergido en un universo de sonidos más que de formas. Pero eso no significa que le guste el ruido. Cuando hay un estrépito súbito, el bebé parpadea, detiene la respiración y se pone a llorar.
Los lactantes reconocen la voz de su madre desde el primer mes. Son sensibles a sus palabras y memorizan mucho más de lo que creemos. No dejes de hablarle, de comentar lo que haces y de expresar tus emociones en su presencia.
Devora con los ojos
Pasados los primeros meses, después de comer, tu bebé mantiene los ojos abiertos cada vez más tiempo. Ya durante el primer mes, clava la mirada en la cara que se inclina hacia él. Tu pequeño se construye a través de tu sonrisa, de tus expresiones y de tu mirada.
- A partir de las 6 semanas: su vista se vuelve más precisa y ve en tres dimensiones.
- A los 3 meses: descubre sus manos y se dedica a moverlas delante de los ojos. Es la primera parte de su cuerpo que ve de verdad.
- A los 4 meses: es capaz de sostener un objeto delante de él para observarlo. Así examinará con la mirada todo lo que caiga en sus manos.
A flor de piel y a manos llenas
La sensibilidad de tu bebé al tacto se desarrolla en paralelo a sus facultades motoras. Al principio, no es capaz de coger nada. Sus sensaciones táctiles pasan sobre todo por el conjunto de su cuerpo: a tu pequeño le encanta que lo lleven en brazos, lo acunen, le hagan masaje y lo colmen de acciones tiernas continuamente.
- A partir de los 3 meses, consigue sujetar durante unos segundos lo que entra en contacto con sus dedos. Y, hacia los 5 meses, el ademán se hace voluntario: tu bebé agarra lo que tiene delante. Entonces se familiariza con los materiales: lo blando y lo duro, lo suave y lo áspero, lo líquido y lo sólido...
- Al noveno mes, se vuelve más hábil y ya sujeta objetos entre el índice y el pulgar. Le gusta manipularlos y ofrecértelos. Descubre el sentido del intercambio. A los 10 meses, le encanta jugar con los recipientes y meter objetos dentro.
- Hacia los 11 ó 12 meses, se aficionará a lanzar objetos uno a uno o a encajarlos. Se establecerá su mundo espacial, paso previo indispensable para el próximo descubrimiento: ¡que es capaz de caminar!
¡Cuántos progresos en seis meses!
A diferencia de otros sentidos, la vista de un bebé no está todavía desarrollada al nacer. Va madurando a lo largo de los seis primeros meses.
- Al nacer: a más de 20 cm, tu bebé ve todo borroso. Su mirada es vaga y le atrae sobre todo la luz. Percibe los contrastes, pero muy poco los colores.
- Al cabo de 1 mes: puede fijar la mirada y seguir un objeto con los ojos y seguirlo 90º (un cuarto de círculo).
- A 1 mes y medio: distingue lo voluminoso de lo plano y diferencia los objetos entre sí.
- A los 3 meses: sigue un objeto con la mirada 180 º (semicírculo), girando la cabeza.
- A los 6 meses: ya ha adquirido la percepción de los colores. Sus capacidades visuales son ya muy similares a las de un adulto.
© Enfant Magazine
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