Así hablan los bebés antes de los 3 meses

Expresarse con sonidos, palabras y frases requiere muchas habilidades. Tu hijo las irá adquiriendo sin dificultad durante sus primeros años de vida. En estos tres primeros meses, ya se expresa a su manera.

Lo que te dice al nacer

Hay que reconocer que, de momento, su repertorio es bastante limitado. En cuestión de expresión oral, tu recién nacido se limita a los gritos y al llanto. Pero sus manifestaciones vocales ya pueden tener distintos significados: del hambre o el dolor a los nervios. Se trata de una comunicación aún embrionaria, pero totalmente real.

Esto demuestra que los órganos del habla aún no han madurado. Y es que el conducto vocal del recién nacido no presenta la curvatura en ángulo recto indispensable para el desarrollo del lenguaje articulado: en el bebé, ese órgano tiene una forma más bien arqueada. La lengua también es molesta, porque es grande y ocupa casi toda la boca. Y, por último, los músculos que hacen posible el habla ?especialmente los que controlan los labios- no están totalmente operativos. Por eso los bebés no hablan desde que nacen.

Lo que oye al nacer

Con tan solo unos días, un recién nacido es perfectamente capaz de diferenciar dos sílabas tan cercanas como "ba" y "da", o como "biba" y "babi". ¿Cómo lo sabemos? Gracias al trabajo de los investigadores. Los especialistas hicieron escuchar a unos lactantes el sonido "ba" varias veces seguidas. Al principio, los pequeños chupaban el chupete con avidez, demostrando así su interés. Luego, hartos de la cantinela, bajaban el ritmo. Pero, en cuanto oían un sonido nuevo, por ejemplo "da", volvían a chupar con fruición, demostrando que sabían que era sonido nuevo.

Esto demuestra que el bebé no tiene una actitud pasiva frente a las voces que percibe a su alrededor. Empieza inmediatamente a extraer sonidos a partir de las palabras que oye aunque no es consciente de lo que hace, claro está. Tu pequeño se inicia muy pronto en el lenguaje ¡sin enterarse o casi! Eso no tiene nada de particular, ya que su cerebro está programado para eso: el ser humano nace con ciertas disposiciones inscritas en su código genético para "procesar" el lenguaje.

Cómo responderle

De momento, tu bebé no puede comunicarse con palabras, no puede contestarte de manera inteligible. Pero eso no te impide hablarle: ya hemos visto que no se priva de desmenuzar y analizar todos los sonidos presentes en los mensajes que le transmites.

No dudes en utilizar cualquier otra forma de comunicación no verbal: la mirada, los gestos, el tacto, las caricias o las expresiones de la cara. Son apoyos muy importantes del lenguaje, que no puede existir sin ellos.

Lo que te dice alrededor de los 2 meses

Es la revolución del "ajó" o del "agué", eso depende de cada niño. Ahora tu bebé emite sonidos a lo largo de una exhalación: se entrega a una especie de suspiro vocal.

Esto demuestra que su voluntad no tiene mucho que ver en todas estas producciones vocales nuevas: las descubre por casualidad y las va experimentando poco a poco. Son debidas a su aliento que, con el paso de las semanas, ha adquirido más fuerza. Y a su lengua, enorme, que tiende a "expulsar" los sonidos hacia atrás. De ahí esos "ajós" que a menudo recuerdan a un suave arrullo.

Lo que oye alrededor de los 2 meses

Reúne a varios bebés franceses y mételos en una cuna. Emite un texto en inglés a través de un altavoz situado a la izquierda de su cara, y un texto en francés situado a la derecha. ¿Qué ocurre? Los investigadores hicieron la prueba y observaron que los pequeños chovinistas se volvían hacia el altavoz que emitía en francés.

Esto demuestra que el bebé reconoce bien su lengua materna, a pesar de su corta edad. Y parece que incluso la prefieren a las demás lenguas.

¿Cómo contestarle?

Cuando te regala unos magníficos "ajós" que, según los investigadores, no tienen gran significado, te toca responder. No renuncies a utilizar ese tono de voz tan característico que las madres adoptan de forma natural cuando se dirigen a su bebé: agudo y melodioso. Los especialistas lo llaman motherese (del inglés mother, "madre"). Según parece, a los bebés les encanta y lo prefieren al lenguaje "plano".

Isabelle Gravillon con la colaboración de Pierre Hallé, director de investigación del CNRS y Marie-Josèphe Rancon, ortofonista.
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