La lactancia materna previene el riesgo de obesidad

La ciencia es clara: la leche materna reduce el sobrepeso en la vida adulta

Se sabe desde hace algún tiempo que la lactancia materna, que suele durar una media de 3 a 4 meses, tiene un efecto protector sobre el riesgo de obesidad a los 20 años.

Pero además, investigadores del equipo de investigación en epidemiología nutricional (Inserm-université Paris 13) han demostrado algo más que ha sido publicado en The Journal of Pediatrics. El estudio que han realizado revela que la ingesta nutricional después de la lactancia materna es decisiva para garantizar este efecto beneficioso a largo plazo, hasta la edad adulta. Por lo tanto, la lactancia materna previene el riesgo de obesidad.

Lo dice la ciencia: la lactancia previene la obesidad en la vida adulta

La lactancia materna previene la obesidad

El estudio elaborado por Marie-Françoise Rolland-Cachera, Sandrine Péneau y Serge Hercberg se centró en la relación entre la lactancia materna y el riesgo de sobrepeso en la edad adulta, teniendo en cuenta la dieta a los 10 meses y a los 2 años de edad.

El seguimiento nutricional se realizó desde 1985 en bebés a los que se analizaba cada dos años hasta que cumplieron los 20 años. A esta edad, se midió la altura, el peso y el índice de masa corporal de los niños.

Esta investigación demostró que el efecto beneficioso de la lactancia materna aparece claramente cuando se tiene en cuenta la ingesta nutricional de leche materna hasta los 2 años, lo cual está asociado con una disminución de la grasa corporal a los 20 años.

Además, contrariamente a lo que se podría pensar, la ingesta elevada de lípidos (un grupo heterogéneo de compuestos orgánicos, dentro de los cuales se encuentran las grasas) a los 2 años se asocia con una disminución de la masa grasa a los 20 años.

Por qué no dar a los niños productos lácteos bajos en grasa

Las dietas de los niños pequeños a menudo se caracterizan por una ingesta alta en proteínas y baja en grasas, y la leche materna es alta en grasas y contiene una baja proporción de proteínas.

Sin embargo, según afirma el investigador de este estudio, "Según las recomendaciones oficiales de la OMS, los lípidos no deben restringirse en los niños pequeños con el fin de satisfacer sus altas necesidades energéticas para el crecimiento y para el rápido desarrollo de su sistema nervioso".

En particular, los productos lácteos bajos en grasa (leche semidesnatada) vendidos comercialmente, que contienen poca grasa y una alta proporción de proteínas, no están indicados antes de los 2-3 años. La restricción de lípidos puede hacer que el niño sea más propenso a desarrollar sobrepeso más adelante, cuando aumenta la ingesta de lípidos.

Conclusión

La leche materna es el alimento más recomendable para el bebé durante los primeros seis meses de vida en exclusiva y, junto con la alimentación complementaria hasta los 2 años del bebé. Según los estudios, alimentar con leche materna al bebé reduce considerablemente el riesgo de padecer obesidad en la vida adulta. 

Por el contrario, y pese a lo que suele pensarse, dar a los niños lácteos bajos en grasa en la infancia es un error si no es aconsejado por el pediatra en casos concretos ya que le hace más propenso a desarrollar sobrepeso de mayor.

Denis Sergent, La Croix © Bayard Presse, 7 abril 2014 

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