Consejos para la buena relación entre padres y cuidadores del bebé
Educación, horarios: ponte de acuerdo con su niñera.
Padres que llegan tarde sistemáticamente, cuidadoras que no quieren darle el chupete a la hora de la siesta, madres que exigen un informe hiperdetallado de la jornada de su hijo... estas son algunas de las situaciones que conviene evitar.
¿Cómo debe intervenir la cuidadora en la educación del niño?
La cuidadora tiene que respetar la educación que los padres desean dar a su hijo. Es normal que tengan exigencias que le conciernan. En principio, el proyecto educativo se discute antes de acoger al niño y es un paso que no conviene saltarse.
Si, por ejemplo, los padres quieren que el bebé utilice el chupete para dormir, la educadora tiene que aceptarlo, aunque no sea su costumbre. Si consideran que algo no va bien en algún aspecto, hay que hablar de ello. Es un trabajo de construcción común entre los padres y la cuidadora.
Pero tampoco hay que olvidar que es una profesional de la primera infancia. En el aprendizaje del uso del orinal, por ejemplo, los padres suelen tener prisa por que el niño se vuelva limpio. En ese caso, la cuidadora les recordará que hay que ir poco a poco, que pueden confiar en ella.
El momento ideal para tratar las cuestiones ligadas a la educación del niño es el de la adaptación: ¿Necesita el chupete solo para dormir la siesta o lo puede utilizar durante todo el día? ¿A qué hora merienda? Son asuntos que deben tratar los padres y la cuidadora antes de que se conviertan en motivos de desacuerdo.
¡Los retrasos no son agradables!
Los atascos, la reunión de última hora o unas compras... si cada día los padres llegan tarde a recoger a su hijo, la cuidadora tiene derecho a recordarles que deben respetar los horarios convenidos y que, en la medida de lo posible, deben respetarlos. De lo contrario, tendrán que pagarle horas extras.
Pero si llegan tarde todos los días, puede ser debido a que los horarios de recogida del niño no están bien acompasados con sus horarios de trabajo. Es importante que las dos partes vuelvan a tratar el tema y, si es necesario, añadan una cláusula al contrato indicando los nuevos horarios.
No es obligatorio hacer un informe detallado de la jornada
Es normal que los padres quieran saber cómo ha ido la jornada del pequeño, si ha comido y dormido bien, pero la cuidadora no tiene por qué informar de lo que han hecho cada hora. De todos modos, si están un poco preocupados, la cuidadora puede utilizar un cuaderno para anotar los acontecimientos más importantes de la jornada y los padres pueden hacer lo mismo el fin de semana y por las noches. Esto también puede ser útil para la cuidadora, sobre todo cuando el niño está enfermo.
Stéphanie Letellier
© Enfant Magazine
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