Bebés: la irritabilidad de las tres semanas
Estado de irritabilidad en el bebé o los llamados cólicos del lactante
Entre las 3 y las 12 semanas de vida muchos bebés pasan por un período en el que están muy irritables y durante el que lloran a menudo, especialmente al final del día. Este estado de irritabilidad también se conoce como cólicos del lactante, aunque no siempre tiene que ver con un problema o una inmadurez del sistema digestivo.
Qué es la irritabilidad de las tres semanas del bebé
En el pasado los pediatras denominaban cólico a este periodo de irritabilidad porque se pensaba que el aparato digestivo era el responsable, pero con el tiempo se ha averiguado que no se trata de nada relacionado con éste, sino que es un periodo en el que el desarrollo del sistema nervioso del bebé le conduce a mostrar ese llanto tan difícil de calmar.
Los padres no deben sentirse responsables de ello, sino que este llanto e irritabilidad son necesarios e incluso organizan parte de la jornada del bebé, ya que cuando la rabieta cesa cada día los bebés duermen más profundamente, comen mejor y los períodos entre comidas se pueden espaciar hata 3 y 4 horas.
Cuando una conducta es tan predecible y generalizada como esta, suele tener una función adaptativa. Algo así como un periodo reorganizador que, tras la acumulación de estímulos y energía durante toda la jornada, preparan al bebé, a su sistema nervioso, para la siguiente.
Si bien no son síntoma de nada grave, son sin duda agotadores para los padres. De causa desconocida, los mal llamados cólicos del lactante se caracterizan por un llanto diario, persistente y sin motivo aparente, que afecta a bebés por lo demás perfectamente sanos. Más frecuentes al atardecer, el bebé comienza a llorar inconsolablemente.
Suelen iniciarse hacia la tercera semana de vida del bebé y normalmente duran hasta los tres meses más o menos. No todos los niños los padecen y no suele haber nada en su historial médico que indique alguna predisposición a ellos. Afecta tanto a niños alimentados con pecho como a los que toman biberón. Si el cólico persiste más que esos cuatro meses, el pediatra puede considerar otro diagnóstico, como el reflujo.
Síntomas de la irritabilidad del bebé
Son síntomas que el bebé se muestre muy irritable, se sobresalta fácilmente, se mueva espasmódicamente con el cuerpo tenso y pataleando y frunza el ceño. También suele regurgitar parte de lo que ha ingerido al poco tiempo de haber comido. El llanto es cíclico, diferente al de hambre o dolor, y parece no calmarse con nada y, si lo hace, sólo dura unos momentos antes de reaparecer.
En general, los bebés que sufren cólicos dejan de estar callados y tranquilos, y empiezan a llorar y a gritar repentinamente al atardecer o al principio de la noche. El llanto pasa a ser constante y puede durar varias horas , ya que no se conoce un remedio totalmente eficaz.
Lo habitual es que este estado de irritabilidad se inicie siempre a la misma hora cada día, y de forma repentina. Cuando el llanto de un bebé es debido a un cólico, suele mover las piernas y los brazos, encogiéndolos y estirándolos.
Como, al llorar, el bebé traga aire, eso le provoca aerofagia, lo que es causa de aún más dolor. A pesar del dolor y el llanto, los bebés que padecen cólicos comen y aumentan de peso con normalidad.
Aunque el diagnóstico del cólico suele basarse en la descripción que hacen los padres del llanto de su bebé, es importante que el pediatra realice un examen físico cuidadoso para descartar una hernia o algún otro problema médico que necesite atención.
Qué hacer ante los cólicos del bebé
Con esta irritabilidad no suelen funcionar los fármacos, puesto que no es una dolencia médica. Los papás deben procurar mantener la paciencia y la calma, pues si el bebé percibe sus nervios o se siente atosigado por quienes le cuidan, sólo empeorará la situación. Lo primero es descubrir si el bebé necesite algo para descartar otras causas del llanto.
Si no necesita nada, paséalo para detener los movimientos agitados. También puedes recurrir a técnicas relajantes como masajes, que no le estimulen demasiado o, sencillamente, probar a dejarle tranquilo un rato: al fin y al cabo, sólo se trata de suavizar el llanto, no se pretende hacerlo desaparecer.
Lo mejor que pueden hacer los padres ante el llanto desesperado de un bebé con un cólico o un estado de irritabilidad es pensar que no es síntoma de ningún problema de salud y evitar ponerse nerviosos. Un estado alterado de los padres sólo consiguirá agravar el llanto. También, pueden probar a aplicar esta serie de medidas :
- Después de terminar con el primer pecho, coloca al niño en posición vertical sobre el hombro y dale pequeños golpecitos en la espalda, seguidos de masajes suaves.
- Cambia la postura del niño para amamantarle. Lo más indicado es sentarlo sobre el muslo de la madre, con una pierna a cada lado, de modo que quede frente al pecho para comenzar la succión. También es importante que el bebé termine con el primer pecho antes de ofrecerle el segundo.
- Una buena higiene nasal (en el caso de que el niño no esté respirando por la nariz), evita que trague aire al comer y le provoque gases.
- La alimentación de la madre influye en la aparición de cólicos. En algunos casos, es aconsejable prescindir de productos lácteos, nueces y alimentos flatulentos (como las coles) durante algunas semanas, y también evitar los estimulantes, como la cafeína y el chocolate.
- Un remedio que suele producir alivio: coloca al bebé boca abajo sobre tu antebrazo y presiona su abdomen suavemente con la mano mientras le realizas un masaje.
- Acurrúcalo en los brazos y háblale suavemente mientras lo meces, para calmarlo. Algunos bebés se calman también cuando se les pasea en su cochecito, ya que todo movimiento suave y rítmico ayuda a relajar su intestino.
- Ofrécele el pecho o el chupete durante unos minutos para intentar relajarle.
- Un baño de agua caliente o ayuda a relajar el abdomen del bebé. Una bolsa de agua caliente (no demasiado caliente y envuelta en un paño) junto a su tripita mientras esté acostado también puede ser de alivio.
- Ciertas infusiones, como la de manzanilla, también pueden ser eficaces para aliviar los cólicos de los bebés. Una o dos cucharaditas de infusión tibia suele ser suficiente.
Artículos relacionados
Cinco reglas de oro para calmar su llanto
Aunque es totalmente normal que tu bebé llore, no es cuestión de quedarse de brazos cruzados esperando a que se calle. Sigue los consejos de la psicóloga Anne...
Llorar es bueno para los bebés
El primer reflejo de comunicación del recién nacido es un grito y unas lágrimas que nos llenan de alegría: ¡vive! Al principio, este modo tan particular de...
Mi bebé no para de llorar
El llanto de un bebé siempre preocupa a los padres. Algunas claves ayudan a descifrar su significado. La mayoría de los recién nacidos lloran mucho. ¿Por qué lo...
Mi bebé quiere dormir boca abajo, ¿es peligroso?
“Mi hija de 10 meses quiere dormir boca abajo, ¿es peligroso?”. La pediatra Béatrice Di Mascio responde a esta pregunta.
La fiebre en bebés y niños: síntomas, causas y tratamiento
La fiebre no es una enfermedad, sino el síntoma de la enfermedad, un método de defensa que ayuda al niño a combatir la infección. Cáusas y cómo actuar cuando...
7 razones por las que debes hablar mucho a tu bebé
Hablar al bebé aunque todavía no maneje el lenguaje es fundamental y mucho más importante de lo que realmente piensas. Te explicamos por qué debes hablar mucho a...
Comentarios
¡Sé el primero en comentar!