Fábula de La Fontaine para niños. El ciervo, el manantial y el león

Fábula sobre la autoestima

Las fábulas han sido durante siglos un recurso literario valioso para enseñar a los niños lecciones de vida. A través de relatos cortos y personajes animales, los niños pueden aprender sobre la moralidad, la amistad y la sabiduría. Estas historias entretienen, e invitan a la reflexión y al entendimiento de valores importantes. Entre los más célebres fabulistas se encuentra Jean de La Fontaine, cuyas fábulashan perdurado a lo largo del tiempo, siendo un recurso pedagógico y cultural en la educación infantil.

La Fontaine y su legado

Jean de La Fontaine, un poeta y fabulista francés del siglo XVII, es conocido por su capacidad de retratar la naturaleza humana a través de la alegoría. Nacido en 1621, La Fontaine se destacó por su estilo único y su habilidad para dar vida a los animales y sus características. Sus fábulas, que se basan en relatos de Esopoy otros autores, ofrecen una mezcla de humor, crítica social y reflexiones profundas. A través de sus historias, La Fontaine abordó temas universales que siguen siendo relevantes hoy en día, haciendo de sus fábulas una herramienta educativa indispensable.

fábula del Ciervo, el león y el manantial

Fábula del Ciervo, el manantial y el león

Era un hermoso día en el bosque. El sol brillaba y el aire fresco llenaba los pulmones de los animales. Un ciervo, tras haber estado bebiendo agua en el manantial, se detuvo un momento para admirarse en el reflejo del río.

-¡Qué hermosos cuernos tengo! -exclamó el ciervo, moviendo la cabeza de un lado a otro para contemplar su impresionante cornamenta. Sin embargo, tras unos segundos de admiración, su expresión cambió. -Pero, ¿qué son estas patas tan finas y débiles? -se lamentó, mirándolas con desdén-. No son dignas de un noble ciervo como yo.

Justo en ese momento, un feroz león apareció en la orilla del río. Con su melena al viento y ojos que brillaban con la intención de cazar, el león se lanzó tras el ciervo.

-¡Corre! -gritó el ciervo, sintiendo cómo el corazón le latía con fuerza. Y corrió, corrió más rápido que nunca, apoyándose en sus patas que, a pesar de su desdén, lo llevaban a la seguridad del bosque.

El ciervo llegó al bosque, pero, en su prisa, sus cuernos se engancharon en las ramas de un árbol. El león, que venía detrás, no tardó en alcanzarlo.

-¡Es el fin! -suspiró el ciervo, viendo cómo el león se acercaba-. ¡Qué tonto fui! -exclamó, casi para sí mismo-. Desprecié mis patas, que me salvaron, y ahora estoy atrapado por los cuernos que tanto admiraba.

El león, al escuchar esto, se detuvo y dijo:

-Querido ciervo, a veces despreciamos lo que más nos ayuda y valoramos lo que nos puede llevar a la perdición. Es una lección amarga, pero necesaria.

El ciervo, con una mirada llena de tristeza y entendimiento, asintió. Sabía que su arrogancia lo había llevado a esta situación.

Preguntas de comprensión lectora

  1. ¿Qué opinaba el ciervo sobre sus cuernos y sus patas al principio de la fábula?
  2. ¿Cómo logró el ciervo escapar del león inicialmente?
  3. ¿Qué lección aprendió el ciervo cuando se encontró atrapado en las ramas?
  4. ¿Qué mensaje nos transmite la conversación entre el ciervo y el león al final de la fábula?
  5. ¿Por qué es importante valorar nuestras habilidades y cualidades en lugar de despreciarlas?

 

Esta fábula de La Fontaine es un bello recordatorio de que a veces no valoramos lo que realmente es útil para nosotros. Es esencial enseñarle a los niños a reflexionar sobre sus propios talentos y características, entendiendo que cada uno de nosotros tiene un papel importante que desempeñar, incluso aquellas cualidades que podemos considerar menospreciadas.

 

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