Fábula para niños: El lobo herido y la oveja

Las fábulas han sido una herramienta educativa poderosa durante siglos, y su papel en la educación infantil sigue siendo relevante hoy en día. A través de relatos sencillos y llenos de imaginación, las fábulas permiten transmitir valores como la honestidad, la prudencia y la justicia de forma amena y accesible para los más pequeños.

Gracias a sus personajes de animales y sus situaciones alegóricas, las fábulas no solo entretienen a los niños, sino que también les ayudan a reflexionar sobre el comportamiento y las consecuencias de sus acciones. Este tipo de relatos les enseñan a distinguir el bien del mal y a desarrollar el pensamiento crítico desde una edad temprana.

¿Quién fue Esopo?

Esopo fue un escritor y narrador griego, considerado el padre de la fábula, quien vivió aproximadamente en el siglo VI a.C. Se dice que nació esclavo, pero su aguda inteligencia y su habilidad para contar historias lo hicieron destacar en la corte de su amo, quien finalmente le dio la libertad. Aunque no se sabe con certeza si Esopo escribió directamente sus historias, muchas fábulas se le atribuyen, como "La liebre y la tortuga" o "La cigarra y la hormiga", ya que él popularizó este género en la Antigua Grecia.

Las fábulas de Esopo, protagonizadas generalmente por animales que representan características humanas, contienen siempre una moraleja o enseñanza. Su legado ha perdurado a través de los siglos, siendo traducido y adaptado a múltiples idiomas y culturas, para enseñar a niños y adultos importantes lecciones de vida.

La fábula: "El lobo herido y la oveja" 

En un campo, un lobo yacía en el suelo, gravemente herido. Había sido atacado por un grupo de perros y apenas tenía fuerzas para levantarse, mucho menos para cazar su propia comida.

El lobo, al ver a una oveja que pasaba cerca, la llamó con voz débil:

- Oveja, por favor, tráeme un poco de agua del río para beber. Estoy muy sediento -suplicó.

La oveja lo miró con cautela, manteniéndose a una distancia segura.

- Si te traigo agua para beber, ¿qué ganaré yo con eso? -preguntó, desconfiada.

- Solo necesito agua -insistió el lobo con un tono suave-. Yo mismo me encargaré de buscar mi comida una vez que beba. No tienes nada que temer.

La oveja, sin dejar de mirarlo, respondió con firmeza:

- Tal vez quieras solo agua ahora, pero sé bien que, si me acerco, acabaré convirtiéndome en tu cena.

Al escuchar esto, el lobo cerró los ojos, resignado, al ver que su engaño no había funcionado.

Moraleja: No te fíes nunca de los malvados, aunque parezca que tengan buenas intenciones.

Preguntas de comprensión lectora y reflexión

1. ¿Por qué estaba herido el lobo?
   (Respuesta: Porque había sido atacado por un grupo de perros y no podía levantarse ni buscar su comida).
2. ¿Qué le pidió el lobo a la oveja y con qué intención?
   (Respuesta: El lobo le pidió a la oveja que le trajera agua del río con la intención de que se acercara para poder devorarla).
3. ¿Cómo respondió la oveja al pedido del lobo y por qué?
   (Respuesta: La oveja respondió que si le traía agua, ella misma se convertiría en su cena, mostrando que no confiaba en sus intenciones).
4. ¿Qué enseñanza nos deja esta fábula sobre las intenciones de otras personas?
   (Respuesta: Que no debemos fiarnos de quienes han demostrado maldad, aunque en algún momento parezcan amables o necesiten ayuda).
5. ¿Crees que la oveja tomó la decisión correcta? ¿Por qué?
   (Respuesta : La respuesta puede ser abierta, pero se espera que los niños comprendan que la oveja actuó con prudencia para protegerse).

Las fábulas de Esopo como esta enseñan a los niños a ser cautelosos y a reconocer que no siempre las palabras de los demás reflejan buenas intenciones, incentivando así la capacidad de discernimiento y reflexión desde temprana edad.