El niño y el maestro de escuela. Fábula para niños de La Fontaine

Cuentos cortos con moraleja para leer con tus hijos

Jean de la Fontaine fue un conocido escritor francés que vivió en el siglo XVII, más conocido por sus doce libros de fábulas. Entre sus escritos está este pequeño cuento con moraleja: El niño y el maestro de escuela.

En esta fábula el autor señala a aquellas personas que son criticonas y charlatanas y, se entretienen en decir a los demás lo que han de hacer o lo que han hecho mal, en lugar de ayudarles a hacerlo mejor. Una buena lectura para educar a tus hijos en valores.  

Ver +: Fábulas para educar en valores

Fábulas de La Fontaine: El niño y el maestro de escuela

fábula del niño y el maestro

Con esta fabulita quiero haceros ver cuán insignificantes e innecesarias son a veces las palabras de los necios...

Un buen día, un niño que estaba jugando a orillas del río Sena, cayó al agua. Por suerte para el pequeño, justo al lado del lugar donde había caído, habían crecido unas ramas que fueron su salvación.

Agarrado estaba a ellas, cuando vio pasar a un maestro de escuela, y aliviado el niño gritó:

- ¡Socorro, que muero!, ayúda, sálveme señor.

El maestro, oyendo los gritos, se volvió hacia el niño y, adoptando una postura muy tiesa y un tono de voz muy grave y serio, le reprendió: 

- ¿Habráse visto pillastre como este?, esto es inaudito. Mira en qué apuro te ha puesto tu atolondramiento, pequeño granuja, iba diciendo el maestro.

- Que tenga yo que encargarme y enseñar a calaverillas como éste... ¡Qué desgraciados son los padres que tienen que cuidar de tan malos hijos! ¡Bien dignos son de lástima!, seguía insistiendo el maestro, mientras el niño continuaba asustado y agarrado a las ramas.

Una vez terminado el largo discurso, sacó al asustado muchacho a la orilla. 

Y aquí, es donde lanzo mi crítica a muchos más de los que se sienten aludidos. Todos ellos charlatanes, criticones, pedantes y censores que pueden reflejarse en este pequeño relato. Todos ellos forman un gran número, y es que sin duda, Dios hizo fecunda a esta raza. 

¡No hay tema sobre el que no piensen ejercer su habladuría! ¡Siempre tienen una crítica que hacer!

¡Pero amigo, líbrame del apuro primero, y después suelta tu lengua!

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Fábula en verso: El niño y el maestro de escuela

Jean de la Fontaine escribía sus fábulas en verso, ahora que ya has leído el cuento en prosa, te invitamos a leerlo en verso: 

En esta historia demostrar pretendo
De cierto imbécil la advertencia vana.

Al margen de un arroyo discurriendo
Un Niño cayó al agua una mañana.
El cielo permitió que por ventura
Un sauce allí estuviera,
Y que después de Dios el árbol fuera
La salvación de aquella criatura.
Con fuerza de sus ramas agarrado
Estaba el pobre chico, y asustado,
Cuando acertó a pasar un Pedagogo.
"¡Socorro, que me ahogo!"
El Niño le gritó. Volvió el semblante
Al escuchar sus gritos, el pedante,
Y escogió inoportuno ese momento
Para reñirle con adusto acento:
- "¡Ah! mirad al pequeño atolondrado
Adonde le llevó su aturdimiento;
Id de estos pillos a tener cuidado!
¡Oh padres sin ventura y sin consuelo
Que velais por canalla semejante,
Piedad me causa vuestro triste anhelo!
Y después que hubo hablado lo bastante
Sacó del agua al infeliz chicuelo.

A más de cuatro gentes vitupero,
Y todo charlatán interminable,
Todo censor ridículo y severo,
Todo pedante necio y execrable,
Que se conozcan en el acto espero.
De todos esos tipos hay un mundo,
Tanto el mal es fecundo;
Y en largas oraciones
Buscan las ocasiones
De ejercitar su lengua sin medida.
Doctísimos varones,
Sacacime del apuro, y en seguida
Perorad si gustais, por vuestra vida.

Preguntas de comprensión lectora y para reflexionar

- ¿Qué le pasó al niño?

- ¿Qué hizo el maestro cuando vio al niño en el agua?

- ¿Qué te parece la actitud del profesor?

- ¿Qué habrías hecho tú en el lugar del maestro?

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