El erudito y el ratón. Fábula en verso para niños de Tomás de Iriarte

Cuento con moraleja para leer con tus hijos

Tomás de Iriarte es uno de los fabulistas más conocidos. Fue un dramaturgo, poeta y escritor de fábulas español que vivió en la segunda mitad del siglo XVIII. Entre sus fábulas más conocidas está El erudito y el ratón, un cuento en verso con moraleja de la que podemos extraer un aprendizaje: en ocasiones es necesaria la crítica severa. Te invitamos a leer con tus hijos este relato breve tanto en verso como en prosa para que puedas acercar a tus hijos al maravilloso mundo de la lectura.

El erudito y el ratón: fábula en prosa

Fábula el erudito y el ratón

En el cuarto de un célebre erudito
se hospedaba un ratón, ¡ratón maldito!,
que no se alimentaba de otra cosa
que de roerle siempre verso y prosa.

Ni de un gatazo el vigilante celo 
pudo llegarle al pelo,
ni extrañas invenciones
de varias e ingeniosas ratoneras,
o el rejalgar en dulces confecciones,
curar lograron su incesante anhelo 
de registrar las doctas papeleras,
y acribillar las páginas enteras.

Quiso luego la trampa
que el perseguido autor diese a la estampa
sus obras de elocuencia y poesía; 
y aquel bicho travieso,
si antes lo manuscrito le roía,
mucho mejor roía ya lo impreso.

«¡Qué desgracia la mía!
-el literato exclama-. Ya estoy harto
de escribir para gente roedora;
y por no verme en esto, desde ahora
papel blanco no más habrá en mi cuarto.

Yo haré que este desorden se corrija...»
Pero sí: la traidora sabandija,
tan hecha a malas mañas, igualmente
en el blanco papel hincaba el diente.

El autor, aburrido,
echa en la tinta dosis competente
de solimán molido. 
Escribe (yo no sé si en prosa o verso);
devora, pues, el animal perverso,
y revienta, por fin... «¡Feliz receta!
-dijo entonces el crítico poeta-.

Quien tanto roe, mire no le escriba 
con un poco de tinta corrosiva».

Bien hace quien su crítica modera;
pero usarla conviene más severa
contra censura injusta y ofensiva,
cuando no hablar con sincero denuedo 
poca razón arguye, o mucho miedo.

Moraleja: hay casos en los que es necesaria la crítica severa.

Lee esta fábula en prosa: El eurito y el ratón

En la habitación de un famoso erudito, vivía desde había tiempo un ratón, que se divertía comiéndose todo aquello que el hombre escribía en un papel.

A pesar de utilizar a un gato con gran fama de cazador de ratones, y de poner en práctica las más diversas trampas o dejar por os rincones cosas que pudieran gustarle a tan travieso habitante, las cosas siguieron igual. El ratón se comía todo lo que el sabio erudito escribía. 

Y eso no fue lo peor que le pasó al erudito, un buen día, no contento con comerse todo lo que el erudito escribía, el ratón comenzó a roer algunos de los valiosos volúmenes impresos de su colección.

- ¡Que desgraciado soy en esta vida! ?exclamaba con gran desesperación el erudito- Puedo soportar que este maldito roedor se coma todo lo que escribo, pero lo de mis libros es ya demasiado.

Desde este mismo momento, comenzó a escribir con tinta corrosiva, se trataba de un compuesto de tinta con veneno.

- Si tanto le gusta roer el papel con el que escribo a este perverso ratón, encontrará en él su muerte.

Y así fue.

Moraleja: aunque es bueno criticar de forma constructiva, conviene ser severo contra aquello que se considere ofensivo. 

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