8 fábulas cortas para niños: educar en valores a través de la lectura
Cuentos cortos con moraleja para leer con tus hijos
Las fábulas son un recurso fantástico para educar a nuestros hijos. Y es que, son relatos breves, en los que los protagonistas, generalmente animales con cualidades humanas, nos enseñan lecciones de vida a través de las cosas que les suceden.
Toda fábula tiene una moraleja, que no es otra cosa, que una enseñanza que trata de transmitir un aprendizaje a niños, adolescentes y mayores. De los grandes fabulistas como Esopo, La Fontaine o Samaniego, nos han quedado grandes relatos con moraleja que, incluso hoy en día, muchos años después de haber sido escritos, siguen teniendo vigencia. En Conmishijos.com hemos reunido algunas de las grandes fábulas cortas para educar en valores a los niños. Puedes leerlas con tus hijos y hablar con ellos de la lección que intenta transmitir.
8 fábulas cortas para niños: educando en valores
¿Buscas fábulas para educar en el valor de la bondad, la amabilidad, la sinceridad, el esfuerzo o la perseverancia? Estas fábulas cortas que aquí reunimos, pueden enseñar a tus hijos que no deben ser perezosos, envidiosos o vanidosos y sí, deben optar por valores más respetuosos con los demás y consigo mismos.
1. Fábulas cortas para niños: La liebre y la tortuga
En el mundo de los animales vivía una liebre muy orgullosa, porque era el animal más veloz. También era vanidosa y constantemente se reía de la lenta tortuga.
Un día, a la tortuga se le ocurrió de pronto hacerle una apuesta a la liebre.
- Estoy segura de poder ganarte una carrera - le dijo.
La liebre, muy divertida, aceptó y todos los animales se reunieron para presenciar la carrera.
Confiando en su velocidad, la liebre dejó partir a la tortuga y se quedó remoloneando.
Un rato después, empezó a correr, corría veloz como el viento mientras la tortuga iba despacio, eso sí, sin parar. Enseguida, la liebre se adelantó muchísimo, tanto que se detuvo al lado del camino y se sentó a descansar. Varias veces repitió lo mismo, le dejó ventaja y nuevamente emprendió su veloz marcha.
Confiada en su velocidad, la liebre se tumbó bajo un árbol y ahí se quedó dormida. Mientras tanto, pasito a pasito, y tan ligero como pudo, la tortuga siguió su camino hasta llegar a la meta. Cuando la liebre se despertó, corrió con todas sus fuerzas pero ya era demasiado tarde, la tortuga había ganado la carrera.
Moraleja: no hay que burlarse jamás de los demás.
2. Fábula con valores para niños: el león y el ratón
Érase una vez, un Leónque dormía junto a un árbol, cuando un Ratón se le acercó y comenzó a correr hacia arriba y hacia abajo sobre él. Esto despertó al León, que colocó su enorme pata sobre él y abrió sus grandes mandíbulas para tragárselo.
- Perdóname esta vez, oh rey, nunca lo olvidaré: ¿quién sabe, quizás pueda hacer algo por ti algunos de estos días?
El León estaba tan emocionado ante la idea de que el Ratón pudiera ayudarlo, que levantó la pata y lo dejó ir.
Algún tiempo después el León se vio atrapado en una trampa humana y, los cazadores lo ataron a un árbol mientras buscaban un carro para llevarlo.
Justo en ese momento, pasó el ratoncito, y al ver la triste situación en la que se encontraba el León, se acercó a él y pronto royó las cuerdas que ataban a su nuevo amigo. El pequeño ratoncito logró salvar al león que, le estuvo eternamente agradecido y, desde entonces, siempre le dejó trepar a su lomo.
Moraleja: no subestimes las capaciades de otras personas porque parezcan débiles. Sé bondadoso con los demás, y los demás lo serán contigo.
3. Fábula corta con moraleja: El cuervo y el zorro
Un cuervo estaba en un árbol tomando un poco de queso que había encontrado. Un zorro llegó hasta donde estaba el cuervo, al olor del queso. Tenía tanta hambre que comenzó a decirle lo bello que era.
Alababa su plumaje, su forma de volar, su canto, su porte tan elegante y lo bueno que era encontrando comida. Cuantos más elogios decía el zorro, más orgulloso se mostraba el cuervo que parecía incluso hinchar su pecho.
Fue entonces cuando, el astuto zorro le pidió que cantase con su voz melodiosa para que pudiera escucharle. El vanidoso cuervo, cedió ante la petición de su admirador y, en el momento en el que abrió el pico, cayó el queso que fue devorado inmediatamente por el zorro.
Moraleja: no te fíes de las alabanzas y elogios de los demás. No confíes en quien solo te ensalza.
4. El escorpión y la rana: fábulas educativas con valores
Un escorpión y una rana se encontraban junto a una charca. El escorpión deseaba cruzar al otro lado y no sabía cómo hasta que se le ocurrió la idea de pedir a la rana que le cruzara. La rana, atemorizada, se negó a cruzarle:
- Si te cruzo, me picarás y moriré.
- ¿Cómo voy a hacer eso? Si te pico, morirás y nos ahogaremos los dos.
El argumento era tan lógico que la rana acabó aceptando. Sin embargo, cuando iban por la mitad de la charca, el escorpión picó a la rana. Antes de que ambos murieran ahogados, la rana miró incrédula al escorpión y preguntó por qué lo había hecho:
- No lo pude evitar, está en mi naturaleza.
Moraleja: aléjate de la gente que intenta hacer daño, incluso cuando parezca que tiene buenas intenciones, querrá tu mal.
5. Fábula sobre el esfuerzo para niños: la cigarra y la hormiga
La cigarra era feliz disfrutando del verano sin hacer otra cosa que tomar el sol. Mientras tanto su amiga y vecina, una pequeña hormiga, pasaba el día entero trabajando, recogiendo alimentos.
- ¿No te cansas de tanto trabajar? Descansa un rato conmigo mientras canto algo para ti. ? Le decía la cigarra a la hormiga.
- Deberías recoger provisiones para el invierno y dejar de holgazanear.
La cigarra se reía y seguía cantando sin hacer caso a su amiga.
Hasta que un día, al despertarse, sintió el frío intenso del invierno. Comenzó a sentir hambre, pero la nieve cubría los campos. Vio a lo lejos la casa de su vecina la hormiga, y se acercó a pedirle ayuda.
- Amiga hormiga, tengo frío y hambre, ¿no me darías algo de comer? Tú tienes mucha comida y una casa caliente, mientras que yo no tengo nada.
- Dime amiga cigarra, ¿qué hacías tú mientras yo madrugaba para trabajar? ¿Qué hacías cuando cargaba con granos de trigo de acá para allá?, respondió la hormiga.
- Cantaba y cantaba bajo el sol - contestó la cigarra.
- Pues si cantabas en el verano, ahora baila durante el invierno.
Y le cerró la puerta, dejando fuera a la cigarra, que había aprendido la lección.
Moraleja: no debemos ser perezosos. Hay que esforzarse y no esperar que los demás trabajen para nosotros.
6. Fábula con moraleja para niños: El caballo y el asno
Un hombre tenía un caballo y un asno.
Un día que ambos iban camino a la ciudad, el asno, sintiéndose cansado, le dijo al caballo:
- Toma una parte de mi carga si te interesa mi vida.
El caballo haciéndose el sordo no dijo nada y el asno cayó víctima de la fatiga, y murió allí mismo.
Entonces el dueño echó toda la carga encima del caballo, incluso la piel del asno. Y el caballo, suspirando dijo:
- ¡Qué mala suerte tengo! ¡Por no haber querido cargar con un ligero fardo ahora tengo que cargar con todo, ¡hasta con la piel del asno encima!
Moraleja: Cada vez que no tiendes tu mano para ayudar a tu prójimo que honestamente te lo pide, sin que lo notes en ese momento, en realidad te estás perjudicando a ti mismo.
7. Fábula corta para leer con tus hijos: Los hijos del labrador
Los dos hijos de un labrador vivían siempre discutiendo. Se peleaban por cualquier motivo, como quién iba a manejar el arado, quién sembraría, y así como todo. Cada vez que había una riña, los hermanos dejaban de hablarse. La concordia parecía algo imposible entre los dos. Eran testarudos, orgullosos y para su padre le suponía una dificultad mejorar estos sentimientos. Fue entonces que decidió darles una lección.
Para poner un fin a esta situación, el labrador les llamó y les pidió que se fueran al bosque y les tajeran un manojo de leña. Los chicos obedecieron a su padre y una vez en el bosque empezaron a competir para ver quién recogía más leños. Y otra pelea se armó. Cuando cumplieron la tarea, se fueron hacia su padre que les dijo:
- Ahora, junten todos las varas, las amarren muy fuerte con una cuerda y veamos quién es el más fuerte de los dos. Tendrán que romper todas las varas al mismo tiempo.
Y así lo intentaron los dos chicos. Pero a pesar de todos sus esfuerzos, no lo consiguieron. Entonces deshizo el haz y les dio las varas una a una; los hijos las rompieron fácilmente.
- ¡Se dan cuenta! les dijo el padre. Si vosotros permanecen unidos como el haz de varas, serán invencibles ante la adversidad; pero si están divididos serán vencidos uno a uno con facilidad. Cuando estamos unidos, somos más fuertes y resistentes, y nadie podrá hacernos daño.
8. Una clásica fábula corta para educar en el esfuerzo y la solidaridad: Los tres cerditos
Había una vez tres cerditos que eran hermanos. El cerdito mayor era responsable y trabajador, pero sus hermanos siempre estaban holgazaneando y preferían jugar a realizar sus tareas.
Su vida podría ser tranquila y feliz, de no ser por el lobo feroz, que siempre que tenía hambre intentaba comérselos. Ante el temor de que un buen día el lobo les pillara desprevenidos y decidiera merendárselos, plantearon un plan:
- Construiremos una casa, así podremos meternos dentro cuando venga el lobo y estaremos a salvo de sus fauces. - dijo el mayor de ellos.
A los otros dos les pareció una buena idea, y se pusieran manos a la obra, cada uno construyendo su casita. El cerdito mayor, siempre tan responsable, se puso manos a la obra de inmediato, pero sus hermanos preferían pasar más tiempo jugando que levantando la casita. Cada uno de ellos tenía una idea de cómo sería la suya:
- La mía será de paja - dijo el más pequeño-, la paja es blanda y se puede sujetar con facilidad . Terminaré muy pronto y podré ir a jugar.
El hermano mediano decidió que su casa sería de madera:
- Puedo encontrar un montón de madera por los alrededores, - explicó a sus hermanos, - Construiré mi casa en un santiamén con todos estos troncos y me iré también a jugar.
El mayor decidió construir su casa con ladrillos.
Ver +: Dibujo de los tres cerditos para colorear
- Aunque me cueste mucho esfuerzo, será muy fuerte y resistente, y dentro estaré a salvo del lobo. Le pondré una chimenea para asar las bellotas y hacer caldo de zanahorias.
Cuando las tres casitas estuvieron terminadas, los cerditos cantaban y bailaban en la puerta, felices por haber acabado con el problema:
-¡No nos comerá el Lobo Feroz! - ¡En casa no puede entrar el Lobo Feroz!
Y, de repente, de detrás de un árbol grande surgió el lobo, rugiendo de hambre y gritando:
- Cerditos, ¡os voy a comeeeeeeer!
Asustados, todos echaron a correr y cada uno se escondió en su casa, pensando que estaban a salvo. Sin embargo, el Lobo Feroz lejos de huir, se encaminó a la casita de paja del hermano pequeño y en la puerta aulló:
- ¡Soplaré y soplaré y la casita derribaré!
Y sopló con todas sus fuerzas: sopló y sopló y la casita de paja se vino abajo. El cerdito pequeño corrió lo más rápido que pudo y entró en la casa de madera del hermano mediano.
- ¡No nos comerá el Lobo Feroz! - ¡En casa no puede entrar el Lobo Feroz! - cantaban desde dentro los cerditos.
De nuevo el Lobo, más enfurecido que antes al sentirse engañado, se colocó delante de la puerta y comenzó a soplar y soplar gruñendo:
- ¡Soplaré y soplaré y la casita derribaré!
La madera crujió, y las paredes cayeron y los dos cerditos corrieron a refugiarse en la casa de ladrillo del mayor.
-¡No nos comerá el Lobo Feroz! - Cantaban los cerditos.
El lobo estaba realmente enfadado y hambriento, y ahora deseaba comerse a los Tres Cerditos más que nunca, y frente a la puerta bramó:
- ¡Soplaré y soplaré y la puerta derribaré!
Y se puso a soplar tan fuerte como el viento de invierno Sopló y sopló, pero la casita de ladrillos era muy resistente y no conseguía su propósito.
Pero este Lobo era muy astuto y además tenía mucha hambre, así que decidió trepar por la pared y entrar por la chimenea. Se deslizó hacia abajo... Y cayó en el caldero donde el cerdito mayor estaba hirviendo sopa de nabos.
Escaldado y con el estómago vacío salió huyendo hacia el lago y los tres cerditos no le volvieron a ver jamás.
El cerdito mayor regañó a los otros dos por haber sido tan perezosos y poner en peligro sus propias vidas.
Y, si algún día vais por el bosque y veis tres cerdos, sabréis que son los Tres Cerditos porque les gusta cantar:
- ¡No nos comerá el Lobo Feroz! - ¡En casa no puede entrar el Lobo Feroz!
Y colorín colorado... ¡este cuento se ha acabado!
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01 ago 2023 17:35 hinata_hiuga
Puse cprtos y me salen largos pero esta bueno
28 sep 2021 20:25 Laura Argelia Caballero Pech
Pues la neta me gustó pero yo puse fábulas cortas y me salieron larguísimas
11 jul 2021 05:49 Brunella Coria
Me encantaron la fábulas!!! Son muy entretenidas y educativas.
19 nov 2020 03:22 Geovanny Robles
Excelente
06 nov 2020 20:25 Edna Morales Y.
Me parece excelente incentivar la lectura en los niños. Felicitaciones
23 oct 2020 01:42 Elizabeth
Muy bien felicidades
17 jun 2020 05:19 Mayra Barillas
Excelentes fábulas , dejan un mensaje que servirá durante toda la vida !
22 abr 2020 19:44 juan diego zornosa céspedes
yo dije fabulas cortas no gigantes