Enseñar a compartir a los niños

Cuando nuestros hijos comienzan a ser mayores, puede que nos pidan pasar la noche en casa de un amigo o primo o que ellos vengan a casa. Si la duración de la visita se prolonga, lo más probable es que surjan los problemas: a los roces de la convivencia se pueden sumar los celos y la rivalidad entre anfitrión e invitado. Los padres tenemos las armas para evitarlos.

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